Ponencia COALICIÓN JUVENTUD Y LIBERTADES – María Camila Ospina, colombiana del grupo de jóvenes Nueva Democracia
Ponencia presentada en la Asamblea General de la OEA en medellín, el 26 de junio de 2019
Excelentísimos embajadores,
Mi nombre es Maria Camila Ospina, y estoy aquí en representación de todas las organizaciones que promovemos la Declaración de la Juventud, de los miles jóvenes que la firmaron alrededor del mundo y los millones de jóvenes que pertenecemos al movimiento pro vida, pro familia y pro libertades, que vemos la enorme necesidad de asegurar juntos un mejor futuro e incidir en la construcción de sociedades fuertes, libres, justas y democráticas.
En nuestros Estados y aquí en la OEA se nos ha venido arrebatando la voz. Se ha intentado unificar la opinión e intereses de los jóvenes bajo ideas que no compartimos, o que no están de acuerdo con los verdaderos ideales en los que creemos, ni de los principios de los cuales nos coincidiéramos portadores y garantes. Desconocer nuestra voz atenta contra la soberanía de los Estados, pero más allá de eso, atenta contra la voluntad de los pueblos y la democracia misma. Incluso, Se han utilizado, los escenarios internacionales para incidir en asuntos internos de los Estados en aquellos aspectos que se encuentran en el corazón cultural y social de los mismos.
Todo esto, tiene como resultado una sociedad civil relegada y amedrentada. Más aún, los jóvenes pagamos las consecuencias de decisiones ajenas. En búsqueda de voz y de sentido, enfrentamos las peores violaciones de derechos humanos: el desempleo, la falta de oportunidades, la muerte y las tasas de suicidio más altas de las últimas décadas, que conllevan a la deconstrucción del tejido social
Los jóvenes del mundo, soñamos con que nuestros Estados estén al servicio de los cuerpos sociales intermedios, especialmente la familia, que es la base de nuestra sociedad y origen de la educación. Si tenemos familias fuertes, tenemos ciudadanos y sociedades fuertes.
Soñamos con Estados en los que se respete la dignidad humana y se promueva su desarrollo integral, lo cual solo será posible si reconocemos el valor de cada ser humano desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, si respetamos los derechos que le son inherentes, si permitimos que accedan a oportunidades que cubran sus necesidades básicas y les permitan perseguir fines trascendentes, y si promovemos sociedades solidarias en las que todos seamos responsables de todos. El verdadero desarrollo de nuestras naciones sólo será posible cuando tengamos al ser humano en el centro de nuestros proyectos, sabiendo que la fuente última de los derechos humanos no se encuentra en la voluntad de las personas, en la realidad del Estado, en los poderes públicos o internacionales, sino en la dignidad que pertenece a todo ser humano
Los jóvenes jugamos un rol fundamental en la historia de nuestros Estados y Sociedades, y no será diferente en nuestra generación. Pero sus decisiones hacen peligrar nuestro futuro, nos hacen preguntarnos, ¿cuál es el límite de su poder? Estamos a merced de su voluntad infundada, de las conveniencias políticas y económicas. Ustedes han deformado incluso el texto de los tratados internacionales, sobre los cuales los Estados se obligaron y que nosotros también respaldamos y celebramos sus 50 años
Queremos dejar claro que nosotros los jóvenes repudiamos la manipulación y el desconocimiento de nuestras necesidades. No nos sentimos representados por sus decisiones y no estamos dispuestos a vivir en la visión de futuro que ustedes quieren imponer. Queremos proteger al ser humano, la vida, la familia; queremos promover el desarrollo, la libertad, el Estado de derecho, y queremos dejar de lado la promoción ideológica, para concentrarnos en atender las verdaderas necesidades de nuestra generación.
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