Cárcel para padre canadiense que se negó a llamar “hijo” a su hija
Fuente: Hispanidad.com
Marzo 2021
Hoogland ha sido condenado por llamar hija a su hija. Algo está ocurriendo en el mundo.
Un padre canadiense fue sentenciado a seis meses de cárcel, después de romper una orden de mordaza, al oponerse públicamente a que su hija adolescente, recibiera hormonas de sexo cruzado, como parte de una transición de género medicalizada.
Robert Hoogland de la Columbia Británica en Canadá, al que se hace referencia como “CD” en los documentos judiciales, fue sentenciado la semana pasada a seis meses adicionales de cárcel por violar órdenes judiciales, al identificarse públicamente, objetando que su hija trans-identificada, le inyectaran testosterona.
Fuentes cercanas a la situación dijeron que Hoogland, podría ser puesto en libertad antes de los seis meses, teniendo en cuenta el tiempo que ya ha cumplido. La condena puede llegar a ser de entre tres y cuatro meses.
A finales de esta semana, se esperaba que el juez Michael Tammen, quien condenó a Hoogland por desacato criminal por haber violado las prohibiciones de publicación e identificación, diera a conocer públicamente sus razones para la imposición de la sentencia.
Según las fuentes, la respuesta de Hoogland a la sentencia del juez, es una “aceptación estoica de lo que él considera una sentencia demasiado estricta para un primer delito”.
Ya había sido encarcelado, esta fue su sentencia definitiva
El padre canadiense no estará disponible para entrevistas hasta que termine su tiempo en prisión. Hoogland ya lleva algunas semanas en la cárcel después de romper una orden de mordaza que le prohibía identificarse públicamente como el padre en el caso impugnado.
Su difícil situación se produce en medio del caso en curso en Texas de James Younger , un niño cuya madre lo llama “Luna” y quiere que se convierta en una niña en contra de las objeciones de su padre, Jeff Younger.
El mes pasado, el tribunal superior de Columbia Británica supuestamente reprendió a Hoogland por violar la orden que requería que su identidad permaneciera oculta al público.
Manipulación en su hija
Según los informes, a los medios de comunicación canadienses, se les prohíbe usar el nombre real de Hoogland en su cobertura en un intento por proteger la identidad de su hija, que se dice que tiene 15 años.
Hoogland ha enfatizado constantemente, que estas prácticas experimentales, se estaban realizando sin su consentimiento, y que la escuela donde su hija estaba le dio lecciones de identidad de género, y que le habían ocultado lo que le estaba sucediendo a su hija. El padre acusó a la escuela de habilitar y facilitar la nueva personalidad transgénero de su hija.
“A veces solo quiero gritar para que otros padres y personas … intervengan y entiendan lo que está pasando”.
El tribunal dictaminó hace meses que Robert no podía oponerse al tratamiento hormonal de su hija y además le prohibió hacer declaraciones públicas al respecto. El quebranto de esa prohibición ha provocado la condena.
Desde los once años, la hija se identificó como un niño y cambió su nombre a los doce, cuando comenzó la terapia hormonal con el apoyo de su madre, psicóloga y endocrina.
Los jueces dictaminaron que la no aceptación del cambio de sexo de la niña por parte del padre perjudicaba gravemente la estabilidad emocional de la menor.
El padre ha insistido constantemente en que su hija no es lo suficientemente madura para tomar una decisión de esa naturaleza y piensa que si en un futuro cambiara de opinión y se sintiera de nuevo mujer, le echaría en cara que no se hubiera opuesto a su hormonación. Ya lo ven un padre sabe que su hija no es madura ni a los 11 años ni a los 15 pero para leyes como la Trans que el ministerio de Irene Montero está impulsando en España -según el propio borrador- a partir de los 16 años tendrán autonomía para hacerlo, y para los menores de doce años o aquellas personas «con capacidad de obrar modificada judicialmente» deberán ser sus representantes legales los que lo soliciten.
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