Corte Suprema de EEUU ha sobrepasado su autoridad para destruir el fundamento de la sociedad
Fuente: PRI
Por: Calos Polo Samaniego
La sentencia de la Corte Suprema de EEUU ha declarado el matrimonio entre personas del mismo sexo como equivalente al formado entre un hombre y una mujer. Con ello ha sobrepasado su autoridad tomándose la atribución de redefinir una institución que es anterior a la existencia misma de los EEUU. En otras palabras, la Corte Suprema ha excedido su competencia con esta decisión, pues el matrimonio ni siquiera se menciona en la Constitución de ese país.
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Una mayoría de cinco jueces en la Corte Suprema de Estados Unidos – incluyendo a dos que se llaman “católicos” – fue trabajada por la Administración de Obama. Los votos disidentes de los otros cuatro jueces dejan muy claro que esta mayoría de turno simplemente ha fabricado un nuevo «derecho» a gusto del carácter de los tiempos electorales que se avecinan.
Muchos ya se han referido a que “por un voto de diferencia se está cambiando la historia de la humanidad”. Quiero resaltar aquí que comparto esa opinión no sólo por las cuestiones sexuales y la destrucción de la institución familiar como hasta ahora la hemos conocido en todas las culturas. Esta sentencia también es un síntoma de un mundo que ha sucumbido ante una nueva opresión disfrazada de democracia donde el gobierno de turno puede cambiar todo a voluntad. En este caso fue cuestión de que un gobernante copó los puestos de decisión con personas que piensan como él y listo.
El escritor español Juan Manuel De Prada lo llama la “Nueva Tiranía”. Esta ya no es el clásico sistema político dictatorial donde los subyugados tienen conciencia de ser despojados de su libertad y dignidad. Esta “nueva tiranía” se basa en el engaño de un discurso meloso que promete convertir todos los deseos y apetitos de sus ciudadanos más irritados en “derechos humanos” o “libertades civiles”. A cambio le pide sujeción a ese poder que “concede graciosamente” legalizarle los antojos. Dice De Prada, los adula y finge ampararlos “como las hormigas cuidan a los pulgones que luego ordeñan”. Con este poder omnímodo, no hay principios, valores morales objetivos, ni realidades que puedan quedar intactas.
Sería muy corto de vista creer que Obama solo celebra esta decisión de la Corte Suprema porque coincide con su pensamiento. Obama celebra la concreción de un plan político maniobrado en conjunción con el lobby gay. Todos hemos sido testigos del apoyo público de Obama para incorporar en la Corte Suprema a jueces afines a su postura ideológica. Ahora solo han tomado la decisión que él quería y que prometió desde su candidatura. En lenguaje coloquial diríamos: “Se salió con la suya”. Pero habría que preguntarse a qué precio.
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A continuación recogemos los extractos de las opiniones de los 4 jueces disidentes que resalta Brian Brown, presidente de National Organization for Marriage:
Juez John Roberts: «La decisión de la mayoría (en la Corte Suprema) ha sido un acto de voluntad, no un juicio legal. El derecho que proclama no tiene ningún fundamento en la Constitución o algún precedente en esta Corte. La mayoría rechaza expresamente la ‘cautela’ judicial y omite incluso cualquier pretensión de humildad, confiando abiertamente en sus deseos de rehacer la sociedad de acuerdo con su ‘nueva visión’ de la «naturaleza de la injusticia»… Como resultado de ello, la Corte ha invalidado las leyes sobre el matrimonio en más de la mitad de los Estados y ordena la transformación de una institución social que ha constituido el fundamento de la sociedad humana durante miles de años, desde los bosquimanos del Kalahari y de los chinos Han, de los cartaginenses y de los aztecas. ¿Quién nos creemos?»
Juez Clarence Thomas: «Nuestra Constitución – como la Declaración de la Independencia antes que ella – se basa en una simple verdad: la libertad de uno, por no hablar de la propia dignidad, era algo que debe ser protegido del Estado no suministrado por éste. La decisión de hoy arroja esta verdad a un lado. En su prisa por llegar a un resultado deseado, la mayoría aplica erróneamente una cláusula centrada en el «debido proceso» para proporcionar derechos sustantivos, atropella el significado más plausible de la «libertad» protegida por esa cláusula, y distorsiona los principios sobre los que se fundó esta nación. Su decisión tendrá consecuencias incalculables para nuestra Constitución y nuestra sociedad”.
Juez Antonin Scalia: «Este es un simple y llanamente un reclamo judicial al poder legislativo, de hecho, super-legislativo; un reclamo fundamentalmente en contra de nuestro sistema de gobierno. Excepto por las limitaciones dadas de una prohibición constitucional acordada con el Pueblo, los Estados son libres de adoptar las leyes que quieran, incluso las que ofenden el “razonado criterio” de los jueces. Un sistema de gobierno que subordina a las personas a un comité de nueve abogados no electos no merece ser llamado democracia».
Juez Samuel Alito: «La decisión de hoy usurpa el derecho constitucional de las personas a decidir si mantener o alterar la concepción tradicional del matrimonio. La decisión también tendrá otras consecuencias importantes. Será utilizado para vilipendiar a los estadounidenses que no están dispuestos a consentir la nueva ortodoxia. En el curso de su opinión, la mayoría compara las leyes tradicionales de matrimonio a las leyes que negaban la igualdad de trato a los afroamericanos y las mujeres… Las implicaciones de esta analogía serán explotados por aquellos que están decididos a acabar con todo vestigio de pensamiento diferente al de ellos”.
Felicitamos el valor de estos jueces. Está claro que aquel mundo donde los ciudadanos tenían la capacidad de reconocer valores objetivos en la dignidad humana y tenían la capacidad de ponerse de acuerdo en una Constitución para organizar una sociedad humana ya no existe más.
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