El macabro escándalo de Planned Parenthood y su conexión con América Latina
Sus socios en la región buscan desligarse pero los documentos los contradicen
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Fuente: PRI
Por Carlos Beltramo y Carlos Polo
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En estos últimos días hemos visto hasta dónde puede llegar la barbarie del aborto. Planned Parenthood enfrenta el rechazo mundial por más de media docena de videos que revelan el escandaloso tráfico de órganos de bebés abortados en sus instalaciones. En esta evidencia audiovisual se aprecia cómo se estaría matando niños por nacer totalmente formados usando el salvaje procedimiento de aborto por nacimiento parcial para mantener sus órganos intactos y obtener así mayores ganancias.
Pero el negocio de Planned Parenthood no se circunscribe a Estados Unidos. Planned Parenthood es la filial en EEUU de la International Planned Parenthood Federation – IPPF que a la fecha cuenta con más de 150 afiliados en todo el mundo. Pero no es cualquier filial sino que Planned Parenthood fue una de las 8 organizaciones que crearon la IPPF en 1952 y la promoción del acceso al aborto legal fue siempre una de sus metas institucionales.
En un artículo publicado hace unos días en The Huffington Post, Tewodros Melesse, Director general de la IPPF, dejó muy en claro que todos sus afiliados están muy unidos en la búsqueda del aborto legal en todo el mundo. Melesse afirmó que los afiliados a la IPPF trabajan para ofrecer abortos a las mujeres y, donde todavía no es legal, luchan infatigablemente para modificar las leyes y políticas públicas para garantizar el acceso a servicios de aborto.
Sin embargo, ante el enorme escándalo que ha producido los videos de altos funcionarios de Planned Parenthood estos afiliados están tratando de tomar toda la distancia posible de ellos y yendo en un sentido contrario a las declaraciones de Melesse.
En un documento disponible en internet y que circula en redes sociales (1), dos organizaciones de El Salvador, que aparecen como firmantes, la “Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto Terapéutico, Ético y Eugenésico” y “Colectiva Feminista para el Desarrollo Local” explican que han recibido un financiamiento de la IPPF a través del Safe Abortion Action Fund. Y señalan que este fondo es una “organización internacional que mantiene una relación de colaboración con IPPF” pero de inmediato aclaran muy apuradas “que no debe de confundirse con PPFA””, es decir Planned Parenthood. Lo mismo dijo INPPARES, la filial de la IPPF en el Perú, salió a tomar distancia del escándalo del tráfico de órganos de fetos abortados diciendo que nunca habían recibido “fondos ni asistencia técnica, médica ni de otro tipo de Planned Parenthood” sino solo de la IPPF.
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Lo más interesante de este documento de El Salvador es que los argumentos que allí se plantean son los mismos que usan las organizaciones afines a IPPF en la región para manejar la crisis que han producido los videos de Center for Medical Progress sobre Planned Parenthood. Las principales interrogantes que les resuelven son: ¿Cómo presentar a Planned Parenthood como una entidad de bienestar para la mujer y que casi no realiza abortos? (mencionan que es solo el 3% de su actividad total). ¿Cómo atacar a Center for Medical Progress? ¿Cómo negar cualquier relación de trabajo con Planned Parenthood pero manifestar su solidaridad ante los ataques que sufre?
El objetivo de este documento no es otro que sustentar que los afiliados a la IPPF “no tienen ninguna relación de trabajo, colaboración ni reciben financiamiento de Planned Parenthood. Por tanto tal afirmación [la que dice que Planned Parenthood financia estos grupos en América Latina] carece de veracidad y no tiene ninguna base que la sustente”.
De modo que habría que preguntarles a todas estas ONGs ¿de qué se quieren desligar?
¿Es que forman la familia de la IPPF pero no tienen nada que ver con la hermana mayor Planned Parenthood? ¿O sólo quieren recibir el dinero de ellos pero no comparten la idea de que esos fetos no son personas y pueden disponer de sus órganos? ¿o es que sí estarían de acuerdo con disponer de sus órganos pero les parece un exceso que los principales médicos de Planned Parenthood estén más interesados en conseguir para sí mismos “un Lamborghini” o tengan la frialdad de hacerlo mientras comen ensalada y toman una copa de vino? ¿Estarían de acuerdo con vender los órganos pero no con manipular los procedimientos de abortos para sacar fetos intactos y así obtener mayores ganancias? ¿O sacar fetos vivos para extraerles el cerebro mientras todavía les late el corazón porque de esa manera sus clientes estarían más satisfechos con el material que reciben?, ¿saben de estos riesgos?, ¿es de ello de lo que se quieren desligar?
Sería muy bueno que nos digan con qué no están de acuerdo. La ciudadanía merece saber cómo harían para evitar todo lo que hemos visto en los videos de Center for Medical Progress. Porque si promueven el aborto legal, tal como los alienta Melesse, la consecuencia jurídica es que esos fetos (y sus órganos) estarían disponibles para la venta.
Y sería saludable también que informen y que haya transparencia sobre todo lo que hacen. Que cuando dicen “salud reproductiva” o “derecho a decidir”, todos sepamos que se refieren al aborto y al tipo de prácticas relacionadas con esos abortos. Que informen también si reciben dinero para influir en parlamentarios y otros tomadores de decisión para despenalizar el aborto, tal como lo dicen los documentos que sustentan la recepción de sus fondos.
No es suficiente decir que “casi ni se conocen” con Planned Parenthood.