Estudio sobre los genes de hombres y mujeres deja sin argumentos a la ideología de género
FUENTE: ACTUALL *
El profesor Shmuel Pietrokovski y el doctor Moran Gershoni, ambos investigadores del Departamento de Genética Molecular del Instituto Weizmann de Ciencias, han revelado que cerca de 6.500 genes humanos codificadores de proteínas, reaccionan diferente en el sexo masculino y femenino.
Este descubrimiento derriba el mito de la ideología de género que considera que la diferencia entre hombre y mujer es un hecho social y/o cultural, es decir, una construcción en lugar de un hecho biológico o natural.
En un reciente artículo de su institución, los científicos indican que para identificar los miles de genes recurrieron al proyecto GTEx, un estudio muy amplio de la expresión genética humana registrado para numerosos órganos y tejidos en el cuerpo de cerca de 550 donantes adultos.
“Este proyecto permitió, por primera vez, trazar el mapa integral de la estructura genética del sexo humano diferencial”, detallan,
Después, ambos investigadores examinaron cerca de 20.000 genes codificadores de proteínas, clasificándolos por sexo y buscando diferencias en la expresión de cada tejido.
Eventualmente identificaron alrededor de “6.500 genes con actividad que estaba sesgada hacia un sexo u otro en al menos un tejido”.
La expresión genética para la construcción muscular fue mayor en los hombres; y para el almacenamiento de grasa fue mayor en las mujeres
Por ejemplo, encontraron genes que estaban altamente expresados en la piel de los hombres en relación con los de la piel de las mujeres, y se dieron cuenta de que estaban relacionados con el crecimiento del vello corporal.
La expresión genética para la construcción muscular fue mayor en los hombres; y para el almacenamiento de grasa fue mayor en las mujeres.
El mapa detallado de estos genes, publicado en la revista científica BMC Biology, proporciona pruebas de que los hombres y mujeres experimentan “una especie de evolución separada”, que también se interconecta.
Todo empezó cuando hace varios años, Pietrokovski y Gershoni se preguntaron la razón de por qué es común la prevalencia de algunas enfermedades humanas.
Vieron que las mutaciones que afectan a la fertilidad eran relativamente generalizadas, donde cerca “del 15% de las parejas que tratan de concebir se definían como infértiles”.
Para los científicos, el “sentido común” les decía que estas mutaciones, que “afectan directamente a la supervivencia de la especie mediante la reducción del número de hijos, debieron haberse eliminado rápidamente por selección natural”.
En su estudio, los expertos demostraron que las mutaciones en los genes específicos de la formación de esperma persisten precisamente “porque los genes se expresan solo en los hombres”.
“Una mutación que es problemática solo para la mitad de la poblacion, no importa cuán perjudicial sea, pasa libremente a la próxima generación por la otra mitad”.
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