Familia ¿DEMOCRÁTICA?

11 septiembre, 2020
La “democratización de la familia” busca cambiar la forma de ver la familia y las relaciones que se dan en ella.

Fuente: conparticipacion

Quiero plantear un escenario hipotético: imagina que un día llega a tu casa un representante del gobierno y te dice: “El gobierno ha decidido democratizar a las familias. De ahora en adelante ustedes ya no serán una familia, serán una “unidad democrática doméstica”. Las decisiones ya no las tomarán ustedes sino el gobierno, los padres de familia ya no tienen autoridad. Y cuando haya conflictos entre ustedes el gobierno ejercerá el control de esta unidad”.

¿Cómo te suena? ¿Cómo sacado de una novela? Aunque en esta historia hipotética la idea está un poco magnificada, déjame decirte que la democratización de las familias es un tema que se ha venido gestando ya desde hace años. Su objetivo es cambiar el concepto de familia, así como transformar las relaciones dentro de ella con el fin de que el Estado sea quien controle la vida familiar.
¿Qué significa el término “democratización de la familia”? Para responder a esta pregunta entrevistamos a la Mtra. María Cristina Rodríguez García, quien forma parte del área de investigación del equipo de ConParticipación. Ella expone que la democratización de la familia “es un enfoque de políticas públicas que busca cambiar la forma de ver la familia y las relaciones que suceden en ella, a partir de transformar los modelos socioculturales de género”. Los “modelos socioculturales de género” son los que supuestamente nos ha impuesto la sociedad sobre la masculinidad y feminidad. Para romper estos “modelos” se pretende imponer el engaño de que hombres y mujeres no son complementarios, sino que coexisten en lucha de poder en todos los sentidos. Lamentablemente todas estas ideas pasan por alto, además, que a nadie “se le impone” ser hombre o mujer: ser hombre o mujer es una cuestión de biología, no de imponer ideas.
Vemos con preocupación que este concepto de democratización de la familia intenta establecer una visión de la familia bajo el enfoque de relaciones de poder en donde alguien es “opresor” y otro es “oprimido”. La Mtra. Rodríguez García menciona que “desde posiciones ideológicas más radicales como el feminismo de género de tercera ola, este modelo de abuso de poder sucede gracias a la imposición de lo que llaman ‘estereotipos de género’, es decir, para esta visión el modelo de masculinidad-feminidad, es un sistema construido socialmente que se funda en la opresión de privilegiar al hombre y someter a la mujer a través de imponerle la maternidad, el cuidado y otros roles que la limitan y esclavizan”.
Lo que señala la Mtra. Rodríguez García es que la democratización de las familias se enfoca en que las personas crean que el hecho de que la mujer ejerza su maternidad, por ejemplo, es una imposición del más fuerte (en este caso el varón) en lugar de algo que forma parte de su naturaleza. La maternidad puede aportarle a ambos realización como personas, como varón y mujer. No podemos estar de acuerdo en este planteamiento de la democratización de la familia que pretende que creamos que el hombre y la mujer deben convivir en términos de igualdad y autonomía absolutas, cuando por biología no son iguales, y esta diferencia aporta la complementariedad necesaria en la familia. Esta idea de que la diferencia de géneros es emocional en vez de ser biológica, ha dado pie a que se proponga la “diversidad de familias”; estas nacen de la ideología de género en vez de nacer de la realidad de la especie humana a partir de las diferencias entre hombre y mujer. De ahí el intento de llamar matrimonio a las uniones entre personas del mismo sexo.
A continuación un gráfico elaborado por la Mtra. Rodríguez García en donde se puede comprender mejor estas ideas:
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Le preguntamos a la Mtra. Rodríguez García por qué se dan estos intentos de intervenir en la familia o tratar de cambiarla. Ella nos contestó: “Porque la familia es reconocida como el espacio primordial donde se aprende una forma de socializar y desarrollarse para el mundo, incluido el aprendizaje sobre la identidad sexual. Sobre esta base, una manera de cambiar la forma de pensar de la sociedad es influir directamente en la estructura y relaciones de la familia”. Esto significa que si logran desestabilizar a la familia, que es la base de la sociedad, se puede controlar mejor a una comunidad.
Siguiendo este enfoque no podría existir una autoridad en la familia (ni el padre ni la madre podrían ejercerla), por tanto el Estado podría entrar a tomar el papel de autoridad y así podría más fácilmente imponer ideologías. De alguna manera el Estado ya ha comenzado a introducirse en las familias y a ejercer este control a través de la educación. Lo vemos en algunos libros de texto proporcionados por la Secretaría de Educación Pública (SEP) en donde se impone una educación sexual basada en la ideología de género sin que los padres de familia puedan opinar sobre estos contenidos.
La familia es anterior al Estado, es la base de toda sociedad y ejerce un papel fundamental: no solo el de engendrar hijos y proveerles en sus necesidades básicas, sino que aporta el amor, los cuidados, la comprensión, protección y la educación para la vida que todo ser humano necesita para desarrollarse de manera integral. En ella se forman los ciudadanos que más tarde integrarán la sociedad. Por ello es tan importante que la familia cuente con el apoyo y las herramientas necesarias para que ejerza de manera óptima su rol.
En el siguiente boletín veremos las ideas clave sobre la familia que propone este enfoque de democratización familiar y sus implicaciones, así como las conclusiones del estudio hecho por la Mtra. María Cristina Rodríguez García.
Abre tus ojos, cambia tu mundo.
Marcial PadillaConParticipación
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