Histórica Derrota Del “Matrimonio” Homosexual en Colombia
27 abril, 2013
Miércoles 24 de abril de 2013
HISTÓRICA DERROTA DEL “MATRIMONIO” HOMOSEXUAL EN COLOMBIA
51 votos, contra 17, fue el resultado de este debate.
Contra el pronóstico de los activistas del movimiento LGTBI y a pesar de su intenso lobby en el Congreso, del apoyo internacional y del guiño de la alcaldía de la capital del país, hoy Colombia ratifica el matrimonio entre un hombre y una mujer, fundamento de la familia natural y fundamento de la sociedad.
Esta histórica decisión sólo demuestra una cosa, todavía en Colombia se cree en la familia, se cree en el vínculo natural entre un hombre y una mujer. Todavía en Colombia se protege la tradición, la cultura, la historia. Todavía en Colombia, a pesar de que algún congresista dijera lo contrario, se vive la democracia, esa democracia que tanto ha sido criticada por los promotores de este proyecto, esa que ha buscado ser redefinida en varios foros como un sistema que debe buscar que las minorías se vuelvan mayorías.
Hoy es un día histórico para Colombia, y nuestro país se convierte en uno de los pocos de Latinoamérica que se atreve a ponerle freno a las ideologías que buscan reconstruir la cultura. Hoy gana el hombre y gana la mujer, hoy gana la familia y ganan los niños, hoy ganamos todos, hasta gana la comunidad LGTBI.
Muchos argumentos se dieron en este largo debate, jurídicos, filosóficos, históricos, psicológicos, políticos, sociales y culturales, y lo que queda claro es que en Colombia todavía caben los principios, todavía caben los valores, todavía cabe el buen criterio y en la política, todavía cabe la búsqueda el Bien Común, principio y fin fundamental de esta actividad a la que le cabe todavía en nuestro país mucho de nobleza. Ese bien común fue defendido por muchos en este debate, como principio de la democracia, pero también se vió varias veces amenazado con los bien sabidos y manoseados argumentos de la intolerancia, de la homofobia y de la intransigencia.
Igualarse a las negritudes, a la esclavitud, a las mujeres oprimidas y sin derechos, no fueron argumentos suficientes para ganar este debate en el que también quedó claro que no se trataba de la equiparación de derechos vulnerados por una minoría, sino algo mucho más grave y peligroso, el reconocimiento social y cultural de unas uniones que pretendían llamarse matrimonio. Tampoco funcionó apelar a la modernidad y al avance de 13 países de “avanzada” en el mundo que han aprobado el matrimonio igualitario y en contraposición, señalar como retrógrados, dinosaurios, arcaicos, a todos aquellos (el 75% de los colombianos) que opinan que el matrimonio es entre un hombre y una mujer.
Para el lobby gay internacional éste es un gran golpe. Colombia, en sus foros y reuniones es la puerta de Suramérica, la abanderada de los derechos de los homosexuales, y el hecho de que este proyecto se hunda hoy significa que tendrán que empezar nuevamente un proceso legislativo que se tardaron años en alcanzar y que en algún momento dieron por ganado.
Hoy celebramos todos los colombianos, porque mañana podremos seguir diciéndole a nuestros niños que tienen el derecho a tener un papá y una mamá, podremos seguir enseñándoles que ellos, los niños, y todos los seres humanos, nacemos de la unión entre un hombre y una mujer, que la familia es el lugar donde venimos al mundo y que a pesar de que las otras opciones son respetables, no son lo que más le conviene a nuestro país, a nuestros niños, a nuestros jóvenes, a la familia, y que promoverlas, sería vulnerar la estabilidad social y cultural de una nación que todavía cree y respeta sus tradiciones, basadas en la naturaleza humana.
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