LOS OBJETIVOS DEL LOBBY GAY: Normalizar, victimizar y satanizar

Fuente: Christopher Street, 1984, artículo: “Waging Peace: A Gay Battle Plan to Persuade Straight America”, Marshall K. Kirk y Erastes Pill.

Este artículo, publicado en la Revista de homosexuales Christopher Street en 1984 y escrito por dos dirigentes del movimiento gay, explica la evolución en Norteamérica de la ideología gay así como los PRINCIPIOS BÁSICOS UTILIZADOS PARA PERSUADIR A LOS HETEROSEXUALES.

Los objetivos de su estrategia son:

1. Insensibilizar y normalizar
2. Insistir en que los gays son víctimas
3. Satanizar a los defensores de la familia

 1. INSENSIBILIZAR

“Creemos que lo primero es insensibilizar al público con respecto a los gays y sus derechos. Insensibilizar al público es ayudarle a ver la homosexualidad con indiferencia, y no ya con apasionamiento. Casi cualquier comportamiento empieza a parecer normal si se satura al público. El modo de entumecer la sensibilidad espontánea hacia la homosexualidad es que haya mucha gente que hable mucho sobre el tema en términos neutrales y favorables. Que se hable del tema continuamente da la impresión de que la opinión pública, al menos está dividida, y de que un sector considerable admite o practica la homosexualidad. Incluso los enconados debates entre detractores y defensores sirven para insensibilizar, siempre que salgan a la palestra gays “respetables” que hablen a favor. Lo principal es hablar de lo gay hasta que el tema llegue a resultar tremendamente aburrido.”

      NORMALIZAR

“Donde hablamos tiene su importancia. Los medios audiovisuales, el cine y la televisión, son claramente los más poderosos creadores de imagen en la civilización occidental. El hogar medio norteamericano ve siete horas diarias de televisión. Esto abre una puerta en el mundo privado de los heterosexuales, por el que se puede introducir un caballo de Troya. En lo que toca a quitar sensibilidad, el medio es el mensaje de la normalidad. Hasta ahora el Hollywood gay ha resultado ser nuestra mejor arma secreta en la batalla por insensibilizar a la mayoría. Poco a poco, en los diez últimos años, se han ido introduciendo personajes y temas gays en los programas de televisión y en las películas. Ha sido, en conjunto, un proceso alentador.”

Enemigos a combatir:

“Podemos minar la autoridad moral de las Iglesias homófobas presentándolas como retrógradas y anticuadas, desfasadas con los tiempos y los últimos descubrimientos de la psicología. Frente al enorme empuje de la religión institucional, hay que oponer el poder de atracción, aún mayor, de la ciencia y la opinión pública. Semejante santa alianza ha demostrado ser una buena arma contra las Iglesias en temas como el divorcio o el aborto. Si se habla abiertamente y en dosis suficientes de la prevalencia y respetabilidad de la homosexualidad, esa alianza puede volver a funcionar.”

2. SER VÍCTIMAS

“Hay que presentar a los gays como víctimas y no como revolucionarios agresivos. En toda campaña para ganarse al público, los gays deben aparecer como víctimas necesitadas de amparo, para que los heterosexuales se sientan instantáneamente inclinados a adoptar el papel de protectores. Si, por el contrario, se presenta a los gays como un grupo fuerte y orgulloso, que promueve un estilo de vida rígidamente inconformista y desviado, entonces será más fácil que sean vistos como una amenaza pública, a la que estaría justificado resistir y reprimir. Por eso debemos vencer la tentación de hacer alarde público de nuestro “orgullo gay” cuando esto entre en conflicto con la imagen del gay como víctima.”

3.  SATANIZAR A SUS ENEMIGOS

“En una fase posterior de la campaña por los derechos de los gays, habrá que arremeter contra los que todavía se opongan. Hablando claro: hay que vilipendiarlos. Aquí nuestro objetivo es doble. Primero, hemos de procurar cambiar su arrogancia en sentimiento de vergüenza y de culpa por ser homófobos. Segundo, hay que mostrar al público imágenes de homófobos acérrimos que tengan otros rasgos y creencias desagradables para el americano medio. Entre tales imágenes podrían estar el Klu Klux Klan pidiendo que se queme vivos a los gays o se les castre; pastores fanáticos del sur que babean de odio histérico hasta el punto de que parezcan cómicos y trastornados; punkies, matones y criminales que hablen en tono amenazador y descarado de los “maricas” que han matado o les gustaría matar; un recorrido por los campos nazis donde se torturaba y gaseaba a homosexuales.”

 

A pesar de que el artículo fue publicado hace casi 30 años, pareciera que hubiera sido escrito ayer. El lobby homosexual responde claramente a una agenda internacional, y a una agenda política rigurosa para imponer su ideología y en Colombia ha logrado sus avances y no está dispuesto a parar.

Comparto la posición de Michael Medved* cuando dice que estamos en una batalla feroz, en medio de una guerra cultural en la que hay dos bandos, uno organizado y totalmente formado y decidido, y el otro realmente ignorante frente a la repercusión y la importancia social y cultural de sus avances.

Si la estrategia del lobby homosexual es atacar la familia normalizando la homosexualidad, la solución está en las mismas familias, normalizando la vida familiar o mejor REnormalizándola, volviendo al orden social que en medio de tanto agite hemos perdido.

La familia es estadísticamente, el lugar con el valor más alto en importancia que tienen los colombianos en su vida. En ella se vive algo que no se vive en ningún otro lugar o grupo de personas: el AMOR INCONDICIONAL. Es en ella en donde cada ser humano tiene un espacio, un lugar po SER quien es, sin importar lo que tiene o puede llegar a alcanzar. Es el lugar por excelencia donde se adquieren los valores, la ética y la moral. Donde se aprende a distinguir entre el bien el mal, y es por todo esto que la familia es el blanco de esta estrategia.

REnormalizar la familia significa volver a creer que ella es la célula fundamental de la sociedad, que es en ella donde el ser humano adquiere su mayor dimensión social y afectiva. La familia es positiva no sólo en su SER sino en su HACER. La familia no es anti nada, y los que creemos en ella no somos gente intolerante y combativa, no somos antigay, pero defendemos el matrimonio y la familia por ser el lugar que más le convienen a todos; defendemos los intereses de todos.

REnormalizar la familia significa además, luchar contra los enemigos que ha creado ella misma, el divorcio, la infidelidad, la cultura hedonista, el materialismo. Medved afirma que lo que hay que dignificar y defender es el matrimonio y la familia.

Después de normalizar la familia, debemos hacer ver quién es realmente el que está siendo victimizado, quién está perdiendo con el avance de la ideología gay, porque es evidente, y salta a la vista no sólo en estadísticas sino en percepción socio-cultural, que es el matrimonio y la familia. Cada año las rupturas aumentan, cada año las uniones casuales se acrecientan, cada año, los embarazos fuera del matrimonio suben, y cada año son más los padres que por tratar de defender a sus hijos de estas maléficas corrientes, son victimizados. Las organizaciones progays, abogan constantemente por su derecho de expresión, por el libre desarrollo de la personalidad, por la democracia. Pero nunca antes dichos derechos habían sido tan manipulados para aniquilar los derechos del otro.

Por último, y como lo dije anteriormente, la familia debe actuar en positivo, y eso quiere decir, que lejos de satanizar a alguien debemos acoger con amor, como bien sabe hacerse en la familia. Las tendencias de unas personas deben ser tratadas de manera no sólo respetuosa, sino responsablemente para buscar la mejor manera de salir adelante. La descalificación no puede ser un medio para ganar batallas, nuestra respuesta para lograrlo debe ser el entendimiento claro del problema, el estudio juicioso de sus causas y efectos, para poder responsablemente actuar en consecuencia.

La estrategia de la familia: revalorarse, renormalizarse, dignificarse y saberse lo que es, dándose el lugar que se merece, el de constructora de sociedad.