Ponencia Miguel Ortigoza de Paraguay – Declaración Vida y Familia
Coalición: Vida y Familia
Excelentísimo Señor Secretario General, Excelentísimos Embajadores, Representantes de la Organización de los Estados Americanos aquí presentes y representantes de la sociedad civil.
Agradecemos este espacio en el marco de los 50 años de la Convención Americana. Representamos la voz de miles de organizaciones que a diario trabajamos por la promoción y protección de la Dignidad Humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, y por el fortalecimiento de la familia, la institución más importante de la sociedad. Esto coincide con su compromiso público de Estados miembros de esta Asamblea General 49.
Estamos convencidos que el medio más eficaz para lograr el desarrollo humano integral es la educación, la cual es la herramienta fundamental para la superación de la pobreza. Esta no debe separarse del derecho inalienable de los padres de formar a sus hijos de acuerdos con sus convicciones, como lo garantiza la Convención. Rechazamos por lo mismo los intentos de condicionar a los niños, haciéndolos dudar de su propio sexo biológico, e induciéndolos a alterar su cuerpo mediante cirugías y productos químicos, en lo que constituye un abuso infantil.
Hoy estamos aquí también para denunciar que esta Organización, lejos de defender la vida y la familia, tal y como se establece en los artículos 4 y 17, ha caído en el vicio de fomentar la muerte de inocentes y propiciar el debilitamiento de la familia. Evidencia de ello, es la validación de los informes del MESECVI y los planes de acción de la CIM que, mediante las Resoluciones presentadas ante esta Asamblea, presionan a los Estados para que legalicen o liberalicen aún más el aborto, sin que sea parte de sus obligaciones internacionales.
Resulta inaudito que en la región se estén manipulando las herramientas jurídicas para censurar, intimidar y condenar a los que defienden las dos vidas, como el caso del Dr. Rodríguez Lastra, en Argentina. Les recordamos nuevamente, que su silencio, los hace cómplices de su persecución y acoso.
El movimiento que defiende la vida y la familia ha crecido con gran velocidad, y no se detendrá. A pesar de que se han querido desvirtuar algunos de estos movimientos, como el caso del “Ni una menos”, el cual comienza por la muerte de mi hija que defendía la vida de su bebe, hoy queremos decirles: ESTO ES SOLO EL COMIENZO, no nos vamos a callar y tengan por seguro que seguiremos luchando hasta que nuestros gobiernos respeten la voluntad del pueblo.
Exigimos que cada Estado propicie las condiciones sociales, políticas y económicas, para el desarrollo de la familia y la protección a la vida, asegurando así la reconciliación social y la integración multilateral regional a la que todos aspiramos.
Los llamamos a que abandonen su indiferencia hacia la voluntad de sus pueblos, atendiendo el clamor popular. ¡Cumplan con su deber!
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