¿Por qué la EDUCACIÓN SEXUAL ha aumentado con tanto éxito la promiscuidad, las ETS y el aborto?

Fuente: LifeSiteNews

La educación sexual, en esencia, procede directamente de la suposición de que los niños son totalmente incapaces de abstenerse de tener relaciones sexuales fuera del matrimonio.

¿Cómo llegamos a la educación sexual moderna y por qué?

Esta es una de las preguntas que recibo con frecuencia de los padres. Hace unos años, decidí presentársela a Peter Hitchens, un conocido periodista, autor y comentarista cultural de Oxford, Inglaterra. Ha tenido mucho que decir sobre la idea de la educación sexual moderna en sus diversos escritos y entrevistas con los medios. Para obtener más información sobre cómo surgió la educación sexual moderna en Occidente, decidí entrevistarlo.

Según su análisis, las sospechas de muchos padres son absolutamente correctas. En su opinión, todo el concepto de educación sexual fracasa en sus propios términos.

“El problema de la educación sexual”, me dijo por teléfono, “es que el propósito aparente por el que se defiende resulta no ser cierto. Hice un estudio hace unos años sobre el desarrollo de la educación sexual en mi propio país, y lo que descubrí es que realmente se justifica desde la mitad de la Segunda Guerra Mundial, cuando por supuesto había muchas enfermedades venéreas, sobre la base de que si la gente estuviera mejor informada al respecto, se reduciría la cantidad de enfermedades de transmisión sexual y la cantidad de embarazos no deseados. Y, sin embargo, si observa las cifras tanto de enfermedades de transmisión sexual como de embarazos no deseados, y cada vez más ahora de aborto, encontramos que a pesar de la mayor y mayor extensión de la educación sexual en nuestra sociedad, cada vez hay más franqueza sobre el sexo, y más y más pornografía (que también se supone que pone fin a la represión), la cantidad de personas que quedan embarazadas sin querer continúa aumentando y la cantidad de personas que contraen enfermedades de transmisión sexual sigue aumentando«.

Esto se debe en parte a que, como escribió el difunto columnista del National Post George Jonas durante una controversia sobre educación sexual, educar a los jóvenes en una actividad aumentará esa actividad. Por lo tanto, el riesgo de aborto, enfermedades de transmisión sexual y embarazo en la adolescencia sólo aumentará.

Sin embargo, si la intención de la educación sexual no es simplemente prevenir estas cosas, sino más bien reeducar, entonces todavía puede adaptarse bastante bien a los propósitos del Estado. “Se dice”, señaló Hitchens, “que Gyorgy Lukas, quien fué comisario de educación en el efímero gobierno soviético de Bela Kun en Hungría en 1918, dijo abiertamente que el propósito de la educación sexual cuando la presentó entonces – creo que fue probablemente la primera persona en hacerlo, fue para corromper particularmente, las mentes y la moral de las mujeres jóvenes educadas religiosamente.

Me parece que tiene cierto sentido … porque el tipo de cosas que se le enseña a la gente en educación sexual es desinhibidor. Cuando estaba en la escuela, nadie mencionó la masturbación. Habría sido una muy mala educación mencionarlo en cualquier lugar, y mucho menos que un maestro adulto hablara con niños bastante pequeños sobre el tema y sobre otras prácticas sexuales en clase. En el momento en que estas cosas comienzan a discutirse, desinhibe a las personas, les quita las restricciones que antes estaban allí. Ahora, usted puede creer, y mucha gente cree y ha creído durante muchos años, que estas inhibiciones son malas para nosotros. Ese es un punto de vista. No lo comparto, y si usted sigue esa creencia como padre, supongo que tiene derecho a presentarle a su hijo este tipo de cosas tan pronto como desee en un país libre, pero lo que nos molesta, en muchos casos es que los padres no se dan cuenta de lo que se hace en las aulas hasta después de que sucedió». «Hablar de estas cosas en la forma en que se discuten hace que parezcan normales», señaló Hitchens.

“Así que se asume que los niños tendrán sexo con menores de edad o sexo sin casarse o sexo promiscuo, y se supone que lo harán, y todas las precauciones que se supone que deben tomar se basan en esta idea de que esto sucederá. «Si no puedes ser bueno, ten cuidado».

Es por eso que nuestras escuelas públicas están tan involucradas en la distribución de condones y en asegurar el fácil acceso a las píldoras anticonceptivas, porque asumen que las personas, incluso los niños, son completamente incapaces de abstenerse de tener relaciones sexuales fuera del matrimonio. La educación sexual, en esencia, procede directamente de ese supuesto. Y esa suposición es muy promovida por nuestra clase política actual.

“Hay política en el sexo”, dice Peter Hitchens. “Gran parte de esas políticas son sobre la familia y el Estado. El estado es cada vez más hostil a la familia fuerte, y la familia fuerte se sostiene por un matrimonio de por vida y por una actitud bastante severa y puritana hacia las relaciones sexuales, mientras que el estado fuerte se beneficia de muchas maneras, al igual que el comercio moderno y el empleador moderno, de matrimonios débiles y relaciones sexuales relajadas.

También está el punto que sostiene Aldous Huxley, que es que cada vez más vamos a abrazar nuestra propia esclavitud en la búsqueda del placer, que es un punto, creo, que en realidad el historiador marxista Eric Hobsbawm dijo… que no hay absolutamente ninguna congruencia en historia humana entre la libertad sexual y la libertad política. A los esclavos siempre se les ha permitido copular. Lo que no se les ha permitido hacer es casarse».

“Y ésto”, continuó Hitchens, “es un punto extremadamente importante. No hay una conexión necesaria entre una sociedad que es sexualmente libre y desinhibida sexualmente, y una sociedad que es políticamente libre y tiene libertad de expresión y libertad de reunión. No necesariamente, en absoluto. Entonces esta es una batalla filosófica muy, muy profunda sobre la naturaleza de la sociedad, y debe llevarse a cabo de una manera muy seria. La dificultad está en encontrar a alguien que te escuche ”.

Es una perspectiva fascinante, especialmente viniendo de alguien que alguna vez fue un trotskista radical como lo fue Hitchens. Cuando le señalé ésto, Hitchens respondió señalando que esta es precisamente la razón por la que está tan bien versado en la forma en que la izquierda piensa y hace negocios.

“Decidí dejar de creerlo porque me parecía moralmente incorrecto y muy peligroso”, me dijo Hitchens. “Pero la gran ventaja que me da es que sé lo que la gente de izquierda dice y piensa en privado cuando no intenta complacer a la gente en los programas de televisión. Sé cuán obstinado y devastador es este proyecto, lo que quieren, y sé que el motor fundamental de la actividad de izquierda, realmente desde la década de 1960, no ha sido apoderarse de la oficina de correos, el cuartel y la estación de tren; ha sido apoderarse de la estación de televisión, el periódico y la universidad, y obtener la victoria capturando las mentes de la gente, y también para alterar la sociedad no mediante la nacionalización de los ferrocarriles, sino mediante la nacionalización de la infancia«. La nacionalización de la infancia: una idea escalofriante que tiene mucho sentido. Dale al Estado y a su sistema educativo la tarea de enseñar a los niños qué creer y qué valores mantener, y esencialmente habrás cooptado la estructura familiar.

“Cuando dicen que los niños deben hablar por sí mismos”, señaló Hitchens, “lo que realmente quieren decir es que los padres deben ser eliminados de la discusión. En realidad, no quieren que hablen por sí mismos; quieren que los niños hagan lo que ellos quieren que hagan, y saben que el hogar de los padres es el mayor obstáculo para ésto».

Esta es la razón por la que muchos estados buscan prohibir las prácticas que amenazan este objetivo, como la educación en el hogar: «Hay una cierta cantidad en Gran Bretaña, en realidad es ilegal en Alemania hasta el día de hoy debido a la ley nacionalsocialista aprobada bajo Hitler, que nunca ha sido derogada , y se están haciendo intentos para restringirlo en Gran Bretaña. Están en su infancia, pero están en camino, y creo que la resistencia de los padres a esa escala es probablemente la única respuesta efectiva.

Dices: ‘Está bien, bueno, si sientes que así es como quieres llevar tu poder a mi hogar y a mi vida, te agradezco mucho, pero no te lo voy a permitir. Educaremos a nuestros hijos en casa. ”Y sinceramente, no sé cómo es su sistema de escuelas públicas, pero si es algo remotamente parecido al nuestro, probablemente se le ocurrirá una educación general mucho mejor.»

La resistencia de los padres es, al fin y al cabo, la respuesta al intento del Estado de educar y reeducar a los niños y eso ya es cada vez más difícil. En muchos lugares de Canadá y Estados Unidos, los gobiernos están interviniendo y exigiendo que se enseñe la aceptación de ciertos comportamientos sexuales.

Los funcionarios se oponen a los padres que quieren excluir a sus hijos de la educación sexual. A las escuelas cristianas se les dice que pronto llegará el día en que ya no se les permitirá enseñar la sexualidad desde el punto de vista cristiano. Después de todo, mucha gente considera ese punto de vista odioso y dañino.

En primer lugar, es fundamental que los padres se tomen en serio la responsabilidad de educar a sus hijos sobre la sexualidad. Esto es algo que los cristianos a menudo han hecho bastante mal, pero es la forma más eficaz de vacunar a los jóvenes contra muchas de las ideas dañinas que se promueven en todas partes de nuestra sociedad. Si no enseñamos a nuestros hijos nada sobre la sexualidad bíblica y los enviamos a una cultura hedonista y exhibicionista, prácticamente estamos garantizando que no podrán resistir la embestida intelectual venenosa y el torrente de tentación.

Nuestros hijos son el futuro y, si no los educamos, la cultura y el estado estarán más que felices de hacerlo por nosotros. El nuevo podcast de Jonathon, The Van Maren Show, está dedicado a contar las historias del movimiento pro-vida y pro-familia. En su último episodio, Jonathon entrevista a la comentarista conservadora cristiana Allie Beth Stuckey, quien argumenta que las redes sociales están haciendo que muchos adolescentes sean narcisistas y egocéntricos.

Los padres deben hacer un mejor trabajo al limitar el uso de la tecnología por parte de sus hijos, dice ella: «Somos personas incompletas que necesitamos nuestra fe, algo más grande que nosotros y un propósito».