Pornografía ¿realmente es algo normal?
POR: MAURICIO DELGADO
Hace algunos días en una conversación con unos jóvenes, tocamos el tema de los hombres que veían y compartían pornografía por medio de sus teléfonos inteligentes y que, incluso en las oficinas en horarios laborales, entre compañeros se hacían señas cuando se enviaban entre ellos contenido pornográfico. Ante esta situación una de las jóvenes con las que dialogaba comentó: “pero eso es algo normal entre los hombres”. En otro escenario un joven afirmaba que “la pornografía y la masturbación son perfectamente normales, ayudan al desarrollo sexual e incluso a las mujeres también les gusta ‘eso’”.
Ante estas afirmaciones, que incluso las he encontrado en manuales de educación sexual para niños y adolescentes, me pregunté, ¿por qué la sociedad busca normalizar conductas nocivas para el bienestar humano? y ¿Realmente los jóvenes tienen claro cuáles son los efectos de la pornografía?
Claramente la respuesta a la primera pregunta depende en cierto modo de la respuesta a la segunda, si los jóvenes (y en general toda persona) no tiene los argumentos que clarifiquen cuales son las consecuencias de la exposición a la pornografía, rechazarla a priori por cualquier argumento basado en la moral o por un dictamen religioso no es suficiente para una persona que prioriza su impulso hormonal, el deseo de placer y la satisfacción de su curiosidad. Aun cuando la conciencia prenda la alarma interior avisando que se está actuando inadecuadamente y que, así no se tenga todo el conocimiento al respecto, acceder a contenido pornográfico es intrínsecamente malo, la exposición a tanto contenido sexual en medios de comunicación, publicidad, música, internet y redes, y ante una evidente presión del círculo social, esa alarma tiende a desvanecerse a tal punto de casi volverse inaudible y es cuando afloran un sin fin de justificaciones para un comportamiento inapropiado y, como lo dice la frase famosa de Joseph Göebbles: “Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”, la normalización de una conducta requiere de la repetición sistemática de las justificaciones que la pretenden validar tal y como sucede cuando se busca imponer una ideología.
En un mundo que venera el hedonismo, no es difícil convencer de las “bondades” que brinda la pornografía haciendo creer que es algo completamente normal e incluso dotándola de una supuesta virtud físico-psicológica presentándola como parte del desarrollo de la sexualidad humana.
Pero entonces, ¿ante esta gigantesca fuerza de erotización que posee la pornografía, cuales son las razones que la condenan?
La industria
Primero hay que decir que la pornografía es un negocio de miles de millones de dólares el cual produce material con escenas sexuales explicitas y que comercializan entre consumidores que buscan la excitación sexual.
La pornografía esclaviza y promueve el tráfico de personas, en Colombia en el 2017 el Ministerio del Interior Registro 98 casos de mujeres y niños víctimas de la trata de personas, la mayoría con fines de explotación sexual (prostitución, turismo sexual y pornografía), con destino hacia países como China, México, España, Panamá, Emiratos Árabes, Argentina y Chile. Es decir, muchas de las personas que participan como “actores” en la pornografía no están allí porque “les gusta” por el contrario, son obligados y hasta torturados, así lo manifiesta la ex estrella porno Vanessa Belmond y muchas otras personas que han dejado la industria del porno y cuentan como los maltrataban y obligaban a hacer cosas denigrantes y violentas bajo amenaza. (Ver película “Tráfico Humano” en youtube)
En la actualidad las webs pornográficas reciben más visitas que Netflix, Amazon y Twiter combinados; el 35% de descargas de internet están relacionadas con contenido pornográfico; el 34% de usuarios de internet han sido expuestos a pornografía sin solicitarlo; la pornografía infantil produce más de $3.000 millones de dólares, el consumo de pornografía por parte de mujeres va en aumento; el consumo de pornografía aumenta agresión verbal y física en ambos sexos; solo en EEUU se han identificado más de 600.000 comerciantes de pornografía… estos son solo algunos datos que muestran la magnitud de esta industria y la vulnerabilidad en la que se encuentran nuestros jóvenes 1.
Es una droga que modifica el cerebro
“Ver pornografía es adictivo, como lo es una droga física: destruye matrimonios y familias y conforma una pendiente resbaladiza hacia la delincuencia sexual” 2.
Al igual que la drogadicción, el alcoholismo o la ludopatía, el consumo de pornografía lleva a la adicción de la misma manera, es común escuchar “con un poco nada más no pasa nada, lo puedo controlar”, “es normal, todos a mi edad lo hacen”, “la paso bien y no le hago daño a nadie”, etc,. Lo cierto es que al iniciar el consumo de pornografía, tenemos una respuesta en nuestro cuerpo el cual produce una hormona llamada dopamina la cual es la responsable de la sensación de placer, al ser bombardeado con esta hormona el cerebro puede ser engañado haciendo creer, por lo menos al principio, que se está ante una verdadera pareja potencial. Otra sustancia producida es la proteína DeltaFosB encargada de construir nuevas vías neuronales para conectar lo que se está haciendo con el placer que se siente. Estos nuevos recuerdos son muy fuertes y superan otras conexiones del cerebro incluso llegando a eliminarlas, haciendo que sea más fácil volver una y otra vez a la pornografía 3.
Las circunstancias ideales para formar vías neuronales fuertes es cuando nos encontramos en una condición que los científicos han llamado «flujo». El flujo es «un estado profundamente satisfactorio de atención enfocada». Cuando está en esta condición de “flujo”, se introduce en lo profundo de lo que se está haciendo y nada más parece importar, se pierde la noción de tiempo. El “porno” logra poner en este estado a las personas, las cuales no se dan cuenta de que están formando recuerdos muy fuertes que estarán en su mente por mucho tiempo, incluso el resto de su vida 4.
Ante la sobre carga de dopamina el cerebro intenta defenderse (en los adolescentes la liberación de dopamina es de dos a cuatro veces mayor que en un adulto), y por ello libera otra sustancia llamada CREB (proteína de unión al elemento de respuesta monofosfato cíclico de adenosina), la cual funciona como un freno a la respuesta de placer, la ralentiza, por ello al entrar en acción CREB, el porno que alguna vez produjo una gran sensación de excitación ya no causa el mismo efecto y por ello tiene que consumir más porno y más fuerte, buscando tener la misma respuesta de antes, a esto se le llama tolerancia. A medida que los consumidores de pornografía se vuelven insensibles a la sobrecarga de dopamina otras áreas de la vida también se ven afectadas por la baja respuesta que les produce el estímulo, por ejemplo ya no les motiva salir con amigos, practicar el deporte favorito, viajar, compartir con el ser amado…, al no causar el mismo placer de antes, comienza a presentar problemas de ansiedad, autoimagen, autoestima, problemas de pareja, inseguridad y depresión 5.
Investigadores alemanes descubrieron recientemente una asociación entre el número de horas de pornografía que alguien usa cada semana y menos materia gris en sus cerebros. La materia gris es el tejido más oscuro del cerebro y la médula espinal, que consta principalmente de células nerviosas y ramificación de dendritas, está asociada con la toma de decisiones y la inteligencia. A medida que el uso de la pornografía se convierte en un hábito continuo, el usuario tiene una serie de problemas nuevos porque la adicción daña la parte del cerebro que le ayuda a tomar decisiones, es decir, el sistema de fijación de límites del cerebro. El cerebro es modificado por el consumo de pornografía, los estudios muestran que aquellos que consumen pornografía con mucha frecuencia tienen cerebros menos conectados, menos activos y más pequeños en algunas áreas 6.
La buena noticia es que gracias a la neuroplasticidad cerebral, que es la capacidad que tiene el cerebro para cambiar y adaptarse como resultado de la experiencia, se puede reversar el proceso ya que funciona en ambos sentidos. Si las vías formadas por los recuerdos de pornografía no se refuerzan, eventualmente desaparecerán, por lo cual de la misma manera que funcionaron los mecanismos cerebrales que establecieron las vías para recordar esas imágenes, pueden ser reemplazados por otros nuevos recuerdos.
Consecuencias
¿Que lleva a una persona a consumir pornografía? Estudios demuestran que los principales detonantes son: aburrimiento, soledad, enojo, miedo, estrés o cansancio ya que la pornografía funciona como sedante y ayuda a evadir la realidad (temporalmente, igual que cualquier droga), otros estímulos son la curiosidad y la excitación placentera.
El uso de pornografía tiene muchas consecuencias relacionadas con la vida personal, las relaciones afectivas y familiares. Al ser consumidor frecuente, una de las primeras manifestaciones es la afectación en la autoestima sobre todo en jóvenes que permanecen en constante soledad y en personas cuyas relaciones interpersonales se ven afectadas por esta dependencia. En principio por que se tiende a comparar con los personajes de estos videos o con lo que allí sucede, en torno a “valores” tales como belleza, tamaño, duración, fuerza y otros elementos que posiblemente no se poseen, al extrapolar esto al entorno social se verá expuesto a una realidad donde ni la persona ni los demás cumplen con el objeto de deseo, colocándose por debajo del ideal de placer.
Produce estados de ansiedad dado que en una relación estable los ingredientes indispensables del sexo son el amor y la reciprocidad, sin estos factores se crea un círculo vicioso donde el deseo, impulsado por algún factor detonante, lleva a la persona a consumir pornografía que generalmente va acompañado de masturbación, esto produce una sensación de placer momentánea que al finalizar y después de una etapa de “letargo”, despiertan sentimientos de inconformidad, inseguridad, desprecio de sí mismo o hacia los demás, tristeza, desolación, culpa o hasta depresión, evidenciando la presencia nuevamente del factor detonante (soledad, estrés, etc), ante lo cual aparece la ansiedad e impulsa a la necesidad de volver a buscar una nueva experiencia gratificante.
La pornografía al funcionar en el cerebro como una droga, hace que la dependencia vaya en aumento y a medida que aumenta la tolerancia, también aumenta la búsqueda de imágenes más fuertes que lleven a sentir lo mismo que alguna vez se sintió, esto no es posible ya que entre más se consume más aumenta la tolerancia, es por ello qué, aquel que inicia viendo imágenes de contenido sexual en películas, video musicales (reggaetón), o revistas (soho) muy pronto comenzará a buscar contacto con porno “soft”, luego seguirá escalando a porno más duro y cuando esto no sea suficiente puede llegar a buscar porno sadomasoquista, porno infantil, homosexual o con animales.
La relaciones de pareja también se ven afectadas, el consumidor de pornografía desfigura su concepción de mujer, la cosifica, cree que las mujeres están siempre dispuestas al sexo, que deben estar exclusivamente para su deseo sexual, que el orgasmo femenino es instantáneo y crea ideas torcidas sobre el deseo sexual femenino por ejemplo que las mujeres sienten placer al infligirles algún tipo de violencia verbal o física. Las mujeres que consumen porno también sufren de baja autoestima, inseguridad e incluso trastornos alimenticios, creen que para ser amadas deben actuar o aceptar lo que ven en esos videos, sometiéndose a tratos indignos y hasta crueles.
Por esta misma razón, a los hombres se les dificultan tener un vínculo emocional saludable y duradero, la pornografía hace que la satisfacción sexual se dé como respuesta a una ilusión que presenta a una mujer ficticia en un estilo de relación utilitarista, por un lado puede tener como consecuencia que, al enfrentarse a una relación real pueda fallar la erección o sufrir de eyaculación precoz, esto también causa baja autoestima, rechazo a las relaciones o a las mujeres. Por otro lado, al desvincular el sexo del amor aparece la violencia, la insatisfacción, la infidelidad matrimonial y una cascada de mentiras, razón por la cual la pornografía forma parte de las principales causas de divorcios. Como se dijo, la pornografía crea adicción y siempre exige “subir el nivel”, es así como en algunos casos, se busca que esas experiencias se trasladen a la vida real abriendo la puerta a relaciones múltiples, sadomasoquismo, pedofilia, zoofilia y homosexualismo, es cuando aparecen hombres obligando a sus parejas a que realicen cosas extrañas incluido el sexting y en otros casos impulsa a potenciales violadores a ejecutar sus fantasías.
Algunos síntomas del adicto a la pornografía en su entorno familiar y social son: El aislamiento progresivo, aumento de discusiones y conflictos con la pareja, reacciones agresivas y actitud defensiva, cansancio crónico, bajo rendimiento físico e intelectual, uso desbordado de la mentira, desvío del impulso sexual.
El consumo de pornografía también estimula el inicio precoz de la actividad sexual, aumento en los comportamientos de riesgo (exposición a ETS), tolerancia a la promiscuidad y está asociado al uso de sustancias alucinógenas.
… para los padres
Protejan a sus hijos desde la primera infancia, eduquen en el amor y el respeto al propio cuerpo y el de los demás, enseñen que nadie a parte de sus padres y ellos mismos pueden tocar sus partes íntimas, es muy importante trabajar en ellos el auto control, los niños menores de 12 años no deben tener ni celular ni tablets, internet móvil después de los 16 años, estos dispositivos los acostumbran a la gratificación inmediata y se pierde el sentido del esfuerzo y la constancia. Aprendan qué es y cómo protegerlos del sexting, grooming, cyberbulling, phishing y por supuesto de la pornografía, utilice filtros y control parental en los computadores y dispositivos del hogar, los televisores y computadores deben estar en lugar visible nunca en las habitaciones, evitar exponerlos a la televisión desde pequeños, recuerden que la televisión no es una niñera, por el contrario, es nociva y trae mensajes eróticos y sexualizados en comerciales, videos, películas, novelas, series, realities y hasta en los programas infantiles (medios de comunicación y familia, tema que trataremos en una próxima oportunidad). Capacítense para educar a sus hijos, aprendan como desarrollar las virtudes en ellos en especial la castidad, la fortaleza, la templanza y la prudencia, recuerden que el ejemplo es la mejor manera de enseñar, explicar el propósito y fin de la sexualidad, no dejen esa tarea al colegio ni a terceros, si ustedes no lo hacen ellos buscarán información en amigos o en la Internet (lectura recomendada: La Teología del Cuerpo, San Juan Pablo II).
…para los jóvenes
Querido joven, si ya has tenido contacto con la pornografía entiende que eso no es normal, es algo negativo para ti y tu entorno. Cuando estés solo, triste, aburrido, estresado o angustiado, busca distracción en actividades constructivas que sean de tu agrado como el deporte, la lectura, la cocina, ponte retos positivos, disfruta de la naturaleza o realiza actividades de sana diversión con amigos, el servicio a los demás es gratificante y es una buena manera de hacer frente a los detonantes. Retoma el control de tu vida, no permitas que este tipo de vicios te esclavicen, realiza planificación de tus actividades y horarios para estudiar, divertirte, ejercitarte, etc., y cumple con tu cronograma, la vida desordenada te vuelve vulnerable a vicios, no pierdas tiempo evita el “vamping”, no hay nada más peligroso para caer en la pornografía que el silencio y la soledad de la noche en frente de un dispositivo. Nuestras abuelas decían “es mejor que digan: aquí huyó que aquí murió”, cuando llegue la tentación ¡huye!, después que te atrape, salir será muy difícil.
… para los adultos
A los casados, solteros e incluso a las personas consagradas a la vida religiosa es necesario que sepan que, si están atrapados en el vicio de la pornografía y la masturbación, están sufriendo de una enfermedad llamada adicción y como tal debe ser tratada, busque ayuda profesional. Como cualquier adicción es difícil apartarse de ella pero con constancia, voluntad y ayuda se puede superar, mira a tu alrededor encuentra las motivaciones que necesitas y lucha por ser mejor.
La pornografía funciona como un parásito que poco a poco va consumiendo a la persona y su entorno, destruye el corazón, la mente, la familia y el espíritu, por lo tanto tenemos que proteger nuestros ojos, oídos y demás sentidos. Respetar nuestro cuerpo, todo lo que hagamos con él traerá consecuencias, trabajar en adquirir virtudes nos blinda ante los vicios, disfruta de la vida y lo que esté fuera de tus propias fuerzas ponlo en manos de Dios.
“¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños…” (1 Corintios 6:19)
Iván Mauricio Delgado Riveros
Especialista en Familia
- IRALA ESTÉVEZ, Jokin De. (2017) Presentación, La pornografía daña el alma y el corazón de nuestros hijos “una epidemia silenciosa”
- KUBY, Gabriele. (2017) La revolución sexual Global. La destrucción de la libertad en nombre de la libertad.
- www.fightthenewdrugs.org
- Ibídem
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Excelente artículo. Muchas gracias.
exelente escrito. claro y muy profundo. sin sesgo va dirijido avtodos yvexpone con claridad los riesgo. gracias