¿QUÉ HAY DE MALO CON EL JUEGO SEXUAL DE LA RULETA?
A mediados del mes de mayo, leímos con asombro en los periódicos locales y nacionales la denuncia de un nuevo juego sexual juvenil que ha escandalizado a todo el país, se trata de la ruleta o carrusel, un juego adolescente que consiste en tener experiencias sexuales mientras bailan.
Lo que realmente nos escandalizó, no fue el juego en sí, que ya de por sí atenta contra el sano juicio, la dignidad y el auto-respeto de los jóvenes hacia sí mismos y hacia su cuerpo, sino la desfachatez con que las autoridades se refirieron al tema, reduciéndolo a un simple problema del mal uso, o ausencia del preservativo o condón.
La ruleta, no es más que el resultado de una pobre o nula educación sexual en nuestro país y el producto de la sexualización temprana de nuestros niños. Tampoco desconocemos la ausencia de adultos o padres con un buen criterio, responsables de la educación de sus hijos.
Sabemos que hoy más que nunca, pareciera que todo se torna en contra de la sana educación de los niños, y es por esto, que HOY MÁS QUE NUNCA, los padres de familia, los adultos y los tutores de los niños y adolescentes, debemos estar más preparados y más atentos de lo que reciben los niños y jóvenes, no sólo en la escuela, sino en los medios de comunicación, en la música, y en definitiva, a través de la cultura.
Reducir la vida sexual de los niños y jóvenes al mero placer pasajero, al descubrimiento de las sensaciones y emociones, no es sólo irresponsable, sino dañino.
Por otro lado, como lo señaló Luz Marina Peláez Vanegas, encargada del proyecto de ‘Salud Sexual Reproductiva’ de la Secretaría de Salud de Medellín, ciudad donde se conocieron los hechos, “este tipo de juegos los vienen escuchando hace un año a través de los relatos de chicas en embarazo. Tienen sus variaciones, pero en esencia son relaciones sexuales grupales, que son en su mayoría indiscriminadas y sin la debida protección. Se dan principalmente en fiestas, fincas o lugares donde no hay control de los adultos”.
De sus declaraciones se puede deducir que el problema es doble: la indebida protección de los jóvenes, y la falta de adultos presentes. Pero esto tiene tanto de ancho como de largo, y sería cierto si el gobierno no tuviera ninguna incidencia en la información y educación que reciben los jóvenes y niños frente a la sexualidad, que se podría resumir en: “hagan lo que quieran, pero bien protegidos”.
Como madre, me pregunto si este artículo hubiera sido igual de escandaloso si no hubiera un embarazo de por medio ya que esto querría decir que las políticas estatales están dando buen resultado, en la medida en que se medirían por el buen uso del preservativo. Sin embargo, como madre, nuevamente me pregunto cuál es la medida que utilizan nuestros gobernantes para saber si sus políticas están dando resultado. Durante los últimos 20 años la única estrategia utilizada ha sido la promoción del condón, y cada vez más a edades más tempranas. El resultado: más embarazos y a edades más tempranas, menos temor sobre los riesgos, menos autocontrol, menos respeto por sí mismos y por sus cuerpos, menos dignidad humana.
Y para terminar, aunque los padres de familia sí estamos más ausentes que nunca y sí tenemos una responsabilidad, los medios, el gobierno y la cultura no nos están ayudando a formar las futuras generaciones, sino parece que se empeñaran cada día más en corromperla y lanzarla al abismo.
Esperamos que la ruleta sea un nuevo punto de reflexión sobre el tema de la educación sexual en Colombia, que cada día cobra vidas juveniles por las ETS (enfermedades de Transmisión Sexual), destroza vidas por el aborto, aumenta las enfermedades psicológicas, entre otras; así como el necesario cuestionamiento sobre los derechos/deberes que tenemos los padres de familia en la educación y formación de nuestros hijos.
La aterradora realidad en cifras sobre el estado mental y de salubridad de los niños y jóvenes a nivel mundial clama a gritos un cambio drástico en el fundamento de la educación frente a los temas de la sexualidad humana.
oce los derechos fundamentales que todas las personas, hombres y mujeres tienen, y por tanto, no necesitaría una convención adicional para darle otros derechos, exclusivos, y por lo tanto excluyentes a la comunidad LGTBI.
Nuevamente, en nombre de la no discriminación, se discrimina a la inmensa mayoría y se atenta contra la soberanía interna de los Estados, al intervenir en el desarrollo de su normativa penal, sugiriendo la creación de delitos que no necesariamente responden a la realidad social de la población.
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Diariamente en los medios de comunicación nos informa sobre la cantidad de adolescentes embarazadas y se preguntan por qué, y creen que la respuesta es la falta de información, considero que hoy en día los adolescentes tienen muchísima más información que la que nosotros como padres pudimos tener y así que creo que esa no es la razón, más bien considero que la que hace falta es información por los valores, el pudor y el respeto por nuestro cuerpo y lo que hay un exceso de publicidad, películas, canciones, novelas,Internet, etc; donde promocionan el sexo de una manera inresponsable sin mencionar sus consecuencias.
Esta situación tiene a mas de un padre de familia con la cabeza redonda de todo lo que nuestra sociedad esta viviendo, la moral se perdió en todo sentido, cuando uno es madre entiende la gran responsabilidad que tenemos delante de Dios y la sociedad, entonces PAPAS concientizemonos de enseñarle el temor a Dios a nuestros bebes, el amor propio lo valiosos que son para Dios y para nosotros que somos sus padres, demos la suficiente confianza y amor para que ellos nunca tengan la mínima curiosidad de conocer y adoptar tendencias que la sociedad ofrece. Y si nuestros hijos se ven en algún momento acorralados por alguna situación inesperada tengan la suficiente valentia de decir NO, y por ultimo PAPAS nunca dejemos de orar por nuestros hijos.
Es muy triste toda la degradación que se está viviendo con esto de la revolución sexual, la presión de los medios es enorme y creo que a los padres, la tendencia les ha tomado un poco por sorpresa y ante la presión de los medios y la permisividad de los mismos gobiernos a través de sus políticas para el «libre desarrollo de la personalidad», están quitando la autoridad de los padres que deberían tener la batuta en la formación de los hijos. Cuando yo estaba niña, la mayor preocupación de los padres, era cuidar la virginidad de las niñas y mantener el discurso de lo importante que era llegar virgen al matrimonio. A veces funcionaba, a veces no pero al menos había temor y mesura en quienes no querían seguir este discurso. Luego comenzó la revolución del condón cuando se limitó el problema a los embarazos indeseados y se dejó de lado la cuestión de la dignidad y el respeto por el cuerpo. Un problema moral y social, se redujo a estadísticas de embarazo que debían disminuir y creo que allí comenzó a empeorar la situación, junto con eso, vinieron los medios, especialmente la TV sin censura a mostrar de manera explícita el cuerpo y la sexualidad sin ningún pudor, las canciones a expresar no amor, sino lujuria y el culto al cuerpo y al sexo… ha sido una cadena de desgracias que nos ha llevado al borde del precipicio y al comienzo del fin. El fin de una sociedad que se desdibuja y se transforma peligrosamente, una sociedad que cada día se satura de conceptos que permean la mente de todos, y donde tristemente los niños llevan la peor parte al no contar con elementos de juicio o referentes suficientes que les haga inclinar la balanza hacia lo tradicional, a la moral y los valores cristianos que parece irse desvaneciendo día a día. Tal como lo dice la señora Pico Sierra, nuestra única arma es la oración y el amor con el que DIOS nos ha revestido. Este, aunque en nuchos se enfríe, nunca deja de ser.