Se multiplican por cuatro las peticiones de cambio de sexo por parte de niños en Gran Bretaña
FUENTE: ALETEIA
Abren una investigación ante la explosión del aumento de transexuales entre niños y adolescentes
El gobierno británico ha abierto una investigación ante “la explosión” del número niñas y niños que han decidido cambiar de sexo (transgender) en los últimos 10 años. Lo ha anunciado la ministra para las Mujeres e Igualdad del Reino Unido, la señora Penny Mordaunt.
Para tal fin, se analizarán las causas sociales de este aumento de transexuales entre niños y adolescentes, las cuales pueden encontrarse en la información o educación sexual y de ideología de género dada en las escuelas, las redes sociales, la red de salud mental, la familia… También algunos parlamentarios han hecho pública su preocupación ante las cifras que se conocen.
La ministra para las Mujeres e Igualdad dio las siguientes cifras:
– En el curso 2009/2010 el número de niñas que fueron derivadas por médicos para el tratamiento de cambio de sexo fueron 40, y en el curso 2017/2018 las derivaciones de la seguridad social (NHS) al tratamiento de cambio de sexo (GIDS), han sido 1.806 niñas, o sea un incremento de un 4.400 por 100.
– Para los niños, el incremento ha sido menor, pues en el mismo periodo de tiempo ha pasado de 57 a 713 niños derivados de la seguridad social (NHS) al tratamiento de cambio de sexo GIDS), o sea que ha aumentado en un 1.250 por 100.
Según Penny Murdaunt, el año pasado 45 niños derivados de la seguridad social (NHS) al tratamiento del cambio de sexo (GIDS) tenían seis años e incluso menos, registrándose incluso un niño de cuatro años. Las niñas y niños no adolescentes no reciben tratamiento hormonal para el cambio de sexo.
Ahora, la Oficina de Igualdad del gobierno de Londres estudiará el motivo por el que estos niños deciden cambiar de sexo: se señalan como causas probables las redes sociales, pero los educadores no esconden la excesiva promoción del transexualismo en las escuelas, lo cual ha sembrado “confusión”, indica el diario Daily Telegraph. También se cuestiona si es apropiado que niños de 10 años tengan un tratamiento con hormonas para retrasar la pubertad.
Chris McGovern, ex asesor del Departamento de Educación y presidente de la Campaign for Real Education, dijo: “Esto se ha convertido en una industria. Hay personas están haciendo un negocio alentando a los niños a cuestionar el género a una edad en la que deben ser solo niños. Cuando los maestros plantean estos problemas, los niños pueden sentirse confundidos, infelices y traumatizados por ello“.
Y añadió: ““En cierto sentido, estamos imponiendo preocupaciones de adultos a los niños. Las escuelas se sienten sometidas a enormes presiones para cumplir con una agenda políticamente correcta“.
A través de “YouTube” los niños tienen acceso a informaciones i vídeos sobre el sexo y el cambio de sexo. Y se preguntan: ¿soy chico o chica? Desde el Ministerio para las Mujeres y la Igualdad se cree que alentar la transexualidad en los niños supone multiplicar los casos. ¿Deben los niños recibir información sexual global? La respuesta es sí. ¿Qué tipo de información hay que dar a los niños? Aquí se dispara la polémica, que invade grandes sectores de la educación y de los medios.
Dos tercios de los que cambian sexo sufrían trastornos mentales graves
Si un niño se cuestiona sobre su sexo a los 8 o 10 años, algo anómalo está pasando. La conocida doctora Joanna Williams, autora del libro “Mujeres contra el Feminismo”, ha dicho que la escuela da demasiada información. Por otro lado, un estudio reciente encontró que casi dos tercios de los niños y adolescentes que dicen que quieren cambiar de sexo han sido diagnosticados previamente con trastornos de salud mental graves.
El año pasado, 800 niños en Inglaterra recibieron inyecciones de hormonas para detener el inicio de la pubertad, incluidos algunos de 10 años, y otros también recibieron hormonas para iniciar el proceso de cambio de sexo. ¿Es correcto permitir eso?
Colocar en las mentes infantiles dudas sobre su propio sexo no es sano, y afecta más a las niñas que a los niños, al menos en Gran Bretaña, como se ha visto.
Muchos son los medios, a un lado y otro del atlántico, que señalan que el feminismo actual está demasiado anclado al pasado y que necesita una clara revisión para adecuarse a las exigencias de la actual sociedad del siglo XXI, donde la mujer no es lo que era en el siglo XX: tiene más cultura, es mucho más autónoma, trabaja y tiene una capacidad de discernimiento sobre su persona muy superior a la del siglo XX.
La psicóloga Polly Carmichael, directora del GIDS (The Gender Identity Development Service), asegura por su parte, que “al sembrar la confusión sobre la identidad de género, las escuelas no hacen ningún favor a los niños ni a las niñas”. Añadió que el género es un tema complejo, y que a los niños solo se les debe enseñar sobre esto en la escuela de una manera “apropiada para su edad”.
Y añade: Los niños solo pueden ser derivados al GIDS por su médico de cabecera o por el servicio de salud mental para niños y adolescentes. Después de seis meses de evaluación psicosocial por parte de un médico, se elaboraría un plan de acción, que podría continuar con asesoramiento, o podría ser una intervención física.
En Gran Bretaña han hecho el ensayo de dar a conocer, y no pocas veces promover, la ideología de género en las aulas, con el resultado de un incremento exponencial –y no se sabe hasta dónde llegará— de solicitudes de cambio de sexo por parte de niñas –las más—y niños. Se les ha descontrolado el tema, y realmente están ahora preocupados porque no saben cómo arreglarlo.
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