Todo volverá a tener sentido cuando…

30 junio, 2017
FUENTE: UN AMOR DIFERENTE * Autora: Maríandrea Cortes Durán

…Cuando la castidad se ponga de moda.

¡SI, LA CASTIDAD!

El día en que la castidad se ponga de moda, entenderemos la sutil diferencia entre querer y amar. Veremos más personas sonriendo por las calles y riendo con naturalidad. Menos mujeres llorando, más hombres seguros de sí mismos y de su verdadera masculinidad, menos gente borracha, más mujeres convencidas de su belleza y de la responsabilidad que está trae, menos desórdenes alimenticios y más mamás esperando con alegría que nazcan sus bebés, menos perros y gatos como centro de las familias.

Cuando la castidad se ponga de moda habrá menos corazones rotos, familias separadas, abortos, depresiones, drogadicción, alcoholismo y mucho menos suicidios.

Si ese día llega el mundo cambiaría. Porque entonces cada persona tendría claro su valor, sabría que merece amar y ser amado, los hombres sabrían mirar a los ojos a las mujeres sin miedo, serían capaces de expresar sus sentimientos de manera libre, las mujeres serían conquistadas como en los viejos tiempos, se hablarían los temas importantes cara a cara y no por Whatssap, se le daría más valor a una buena conversación que a los besos en una noche de pasión, se volvería a mirar al futuro con esperanza y al presente con amor.

Cuando la castidad no solamente esté de moda, sino que se viva con convicción por los jóvenes, niños y adultos, ese día los padres confiarían más en sus hijos, las novias en sus novios y viceversa, más matrimonios cumplirían bodas de plata, oro y platino. Se venderían más vestidos de novia, se visitarían más las iglesias y menos los cementerios y la industria pornográfica entraría en banca rota. La prostitución, el SIDA, la trata de blancas y abuso de menores sería una irrealidad imposible de imaginar. Los orgasmos serían más duraderos que 20, 30, o 50 segundos. Durarían días, meses y hasta años.

Los ojos brillarían, el miedo no existiría, nadie tendría el corazón roto porque nadie se atrevería a jugar con el cuerpo de nadie y mucho menos con el corazón. Las relaciones sentimentales no serían tan complicadas y dolorosas como lo son hoy en día y la infidelidad no sería la causa de tantos divorcios.

Viviríamos con más libertad que libertinaje, con más amor que enamoramiento, con más compromiso que placer y con más paz que incertidumbre en el corazón.

La vida siempre sería vista como un milagro y no como un castigo de aquella noche sin control. La virginidad sería el tesoro más cuidado y la lujuria el pecado más odiado. El matrimonio el día más esperado y valorado y la noche de bodas la prueba verdadera de que nada es imposible, de que el Amor todo lo puede, todo lo espera, todo lo soporta, todo lo perdona y todo lo alcanza. Cada ser humano, cada pareja y cada familia sería el testimonio vivo de que vale la pena luchar por lo que vale la pena tener.

(Un Amor Diferente no existiría[1], y yo probablemente me dedicaría a escribir sobre la probabilidad de que un meteorito destruya el planeta tierra, sobre la teoría del todo o sería una YouTuber de cómo manejar, peinar y cuidar el pelo crespo)

La soledad no existiría, los amigos darían buenos consejos, la vida sería un reto por vivir y una batalla que conquistar, 50 sombras de grey no sería el libro más vendido y leído, de hecho, no sería un libro y mucho menos una película. La Teología del Cuerpo de San Juan Pablo II sería el Best Seller del siglo y las películas “ Un Amor para Recordar” o “Diarios de una pasión” los clásicos del cine.

En lugar de sex-shops, moteles y prostíbulos existirían hoteles boutiques exclusivos para los matrimonios, lugares sanos y santos donde el amor, la dignidad humana y la sexualidad humana sean resaltadas y rescatadas en todo el sentido de la palabra. Mas cafés donde conversar, más lugares donde compartir una buena copa de vino con el amor de la vida, menos discotecas con tecno, zapateo y reggaetón y más salones de baile para bailar un Vals, una balada romántica, un tango, una salsa, merengue y en el peor de los casos bachata.

Nadie estaría dispuesto a negociar sus valores, convicciones, sueños y anhelos del corazón, es decir, nadie negociaría lo innegociable. Las mujeres tendrían sus ojos puestos en Dios porque sabrían que ningún hombre puede hacerlas felices, solo Dios puede llenar los corazones humanos. La sexualidad llevaría a todos los seres humanos al éxtasis y a la plenitud en vez de a la soledad y al vacío. Porque todos entenderíamos el gran valor que esta tiene y que solamente la persona que nos acepta completamente y que está dispuesta a jugarse la vida entera por mí, es quien merece todo de mí. Mi cuerpo, mi alma, mi corazón y mi todo, la sexualidad sería única y exclusivamente para los esposos, para poder expresar y hacer visible el amor que es invisible.

Entonces en un mundo donde esto parece imposible pienso muchas cosas. El hombre llegó a la luna, se han mandado cohetes y naves al espacio para explorar otros mundos, Viajero I y Viajero II fueron lanzados por la NASA y están en algún lugar del universo llevando el mensaje del corazón y la esencia humana: una canción de Beethoven llamada “The sounds of Earth” y al mismo tiempo está sonando el palpitar del corazón humano. La ciencia no deja de avanzar, cada día se logran cosas que creíamos imposibles. Y yo me pregunto, si algún día la castidad se pondrá de moda, hoy me atrevo a decir lo que nadie se atreve a decir, me atrevo a apostarle a lo grande y prefiero ser de las pocas que creen en un amor verdadero, libre, total, fiel y fecundo, que a ser del montón y conformarme con una noche divertida o con relaciones pasajeras donde el lema es: “el me usó, pero vale cinco, yo también lo usé a él”. Hoy me atrevo a soñar por el verdadero amor, por la verdadera familia, por tener un sentido de vida claro, para lo que todos fuimos creados, que se resume en una sola palabra: AMAR.

Si muchos hombres tuvieron la fe de subirse a un cohete para llegar a la luna, yo hoy me subo al cohete de LA ESPERANZA, al cohete de LA FE, al cohete de lo IMPOSIBLE y me subo con ojos cerrados al cohete de la CASTIDAD, no la castidad de la prohibición y la represión, porque la castidad no se trata de todo lo que no puedo hacer, si no de todo lo que SI puedo hacer para conquistar y vivir el verdadero amor.

Maríandrea Cortes Durán

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[1] Un Amor Diferente: organización creada para formar en valores humanos, en sexualidad, afectividad, espiritualidad, autoestima y familia.

FUENTE: UN AMOR DIFERENTE *
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