A LA CAZA DE LOS PADRES DE FAMILIA
Educar a los hijos según las propias convicciones morales: otra forma de martirio silencioso.
Fuente: Noticias Globales
Por Juan C. Sanahuja
Una vez más, la familia de Dirk y Petra Wunderlich sufrió el totalitarismo del gobierno alemán, que sigue aplicando una ley del Tercer Reich para perseguir a los homeschoolers. Los homeschoolers son las familias que, para evitar que sus hijos sean pervertidos por la enseñanza estatal, los educan en su casa.
Según el informe de la Home School Legal Defense Association, esta vez, la casa de los Wunderlich, cerca de Darmstadt, fue asaltada por 20 funcionarios policiales, asistentes sociales, y agentes de la Jugendamt que, con un ariete, voltearon la puerta y secuestraron a sus 4 hijos, de entre 7 y 14 años. En esta ocasión, los Wunderlich pueden perder la relación con sus hijos, ya que ellos estaban a su cargo, pero bajo la custodia del Estado, desde hace unos años.
Según los comunicados de prensa, como continuaban educando en casa a sus hijos, el juez de familia de Darmstadt, Koenig, el 28 de agosto, dio la orden “incautación inmediata” de los hijos de Dirk y Petra Wunderlich, por “la falta de cooperación de los padres con las autoridades para enviar a los niños a la escuela”. El juez también autorizó “el uso de la fuerza contra los niños”, debido a que éstos “podrían haber adoptado las opiniones de sus padres«, y no se podía esperar cooperación ni de los padres ni de los hijos. Los chicos fueron llevados a lugares desconocidos, y sus padres no saben cuándo podrán volver a verlos.
En 2009, la familia Wunderlich, se trasladó a Francia buscando libertad para educar a los chicos. Por pedido de la policía alemana, la policía francesa secuestró a los niños de la casa de Dominique Chanal en St. Leonard, en la que estaba toda la familia, con la excusa de que los chicos estaban abandonados.
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Obama: homosexuales, sí; familias cristianas, no
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Mientras tanto, en Estados Unidos, debido a la intervención del Departamento de Justicia del gobierno de Obama en 2012, se revocó el asilo concedido en 2010 a la familia alemana evangélica de Uwe y Hannelore Romeike, refugiados justamente para poder llevar adelante su opción a educar a sus hijos en su casa, y así evitar la educación sexual inmoral, obligatoria en Alemania
Los argumentos del Departamento de Justicia para anular el asilo concedido a los Romeike, fueron que la sociedad alemana es “tolerante, plural y abierta”, y que los niños pertenecientes a las “sociedades paralelas, religiosas o filosóficas” deben ser educados en esos “valores”.
En octubre, los Romeike presentarán su caso ante la Corte Suprema de Estados Unidos.
Como informamos, la razón por la que en Alemania muchas familias cristianas optan por el homeschooling, es para que sus hijos no sean pervertidos por la educación sexual pro gay. El gobierno de Obama otorga asilo, casi automático, a los gays de aquellos países en los que hay leyes que no reconocen social o políticamente a los homosexuales. Por eso, Life Site titulaba con ironía un artículo: los Romeike deberían haber fingido ser gays.
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Suecia: exilio y secuestro de menores
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En Suecia, también el homeschooling es un delito. Por eso, después de sufrir, durante años, multas y amenazas de perder la patria potestad, el presidente de la asociación sueca de homeschoolers, se exilió en una isla finlandesa.
En marzo de 2012, Jonas Himmelstrand, su familia, y otras familias suecas, se establecieron en la isla finlandesa de Aland, en donde tienen libertad para educar a sus hijos. En declaraciones a la prensa, dijeron que sentían un «gran alivio», y agregaron, «sólo ahora estamos empezando a comprender el grado de presión bajo el que hemos vivido durante muchos años.»
En mayo de 2013, el Tribunal Supremo de Suecia rechazó una apelación desesperada de Christer y Annie Johansson, padres de Domenic Johansson, que fue arrancado de los brazos de su madre, minutos antes de despegar para la India, país de nacimiento de Annie.
La familia Johansson, homeschoolers, sufrió incontables humillaciones durante cuatro años, entre ellas varias pericias psiquiátricas, para poder sacar a su hijo de Suecia. Tenían a su favor una sentencia del Tribunal de su Distrito de junio de 2012, que los consideró capaces de educar a su hijo. A la publicación de este artículo, el caso aún está por resolverse.
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