Respetar las etapas del desarrollo
La palabra pornografía deriva de dos vocablos griegos: porne (prostituta) y graphein (escritura), lo cual implicaría entenderla como un tratado sobre la prostitución. Suele decirse que versa sobre lo obsceno. El significado de obsceno en el diccionario es: ofensivo al pudor, impúdico, grosero. Se dan muchas y variadas definiciones sobre lo que significa pornografía, entendiéndose por ésta, toda obra que trata de erotizar obscenamente las masas. En los factores de exclusividad y erotización radican los pilares de la pornografía, los cuales presentan al sexo en forma irreal, la mayoría de las veces inhumano y desagradable. La corriente pornográfica actual tiende a brutalizar y a deshumanizar la sexualidad, ya que desliga sus dos vertientes principales, la afectiva y la física. Las revistas pornográficas, fuera de su inutilidad literaria, teatral y pictórica, buscan excitar el deseo sexual masculino a costa de la degradación y la cosificación del cuerpo de la mujer, anulando el componente afectivo, que es el más importante y sobreexponiendo el componente físico. Son innumerables los estudios que demuestran los efectos devastadores de la pornografía en el (daño) campo psicológico, comportamental y social del ser humano.
A diferencia de cualquier otra creatura, en el ser humano ocurren tres fases en el desarrollo sexual, antes de alcanzar su madurez sexual adulta. Estas fases pueden variar ligeramente de acuerdo al desarrollo particular de cada niño.
La primera fase se desarrolla con el nacimiento y se prolonga hasta la edad de cinco años. La segunda fase del desarrollo sexual humano tiene lugar entre los seis y los doce años, y la tercera fase comienza a los trece años y se prolonga hasta la edad adulta.
La primera etapa del crecimiento sexual en el niño se conoce como la etapa oral o la etapa de succionar, en ésta el niño descubre que la boca le produce gratificación ya que por ella recibe su medio de subsistencia. Esta etapa finaliza alrededor de los dos años, comenzando la etapa de la agresividad sensual, () que consiste en el deseo de dominar al otro por la fuerza y no por la persuasión. El niño localiza sus sensaciones placenteras en las funciones de evacuación, es el momento en que se empiezan a controlar los esfínteres. Este aprendizaje debe hacerse con amor y paciencia ya que cualquier repudio, regaño fuerte o palmadas por parte de los padres lo transfiere a su propio cuerpo, especialmente a su zona genital, pudiendo traer impotencia en la adultez. Aparece en esta edad el lenguaje, lo que favorecerá su desarrollo afectivo y social. Durante el periodo que va de los tres a los cinco años se comienza a configurar la identidad y el rol sexual, al imitar el desempeño de su madre y padre; se comienza a diferenciar su anatomía incluyendo los genitales y el niño comienza a explorarlos sin malicia y sólo por curiosidad de conocer la morfología propia. Todavía el niño se deja ver desnudo por sus padres al tomar un baño; todo esto debe ser adecuadamente orientado por ellos, sin darle mayor énfasis ni protagonismo al tema. Esta etapa pasa suavemente, por lo que no debe ser sobre estimulada con libros, películas y revistas que presenten desnudos explícitos, lo que traería un estancamiento de la misma y el ver y exhibir el cuerpo se convertirían en la principal meta sexual. En tales casos, la vista reemplazará a los genitales, como el órgano sexual primario, en etapas posteriores de la vida.
Por otra parte, la exploración genital gratificante sobredimensionada, incita a buscar esta satisfacción una y otra vez, lo que traería que la masturbación incesante se prolongue desde la niñez hasta la adultez, constituyendo ésto la primera desviación importante del desarrollo sexual.
“Los impulsos sensuales operan con toda naturalidad y normalidad en los niños pequeños sin necesidad de estímulos foráneos” (cartas 70 y 71 de Freud a W. Fliess)
“Cualquier influencia ambiental que obstaculice el crecimiento sexual, contribuirá a la tendencia a prolongar las acciones preparatorias y convertirlas en nuevas metas sexuales que pueden sustituir a la normal.” Melvin Anchell M.D (El boomerang de la información sexual)
La segunda fase del desarrollo sexual humano se conoce como el “periodo de latencia”. Es un periodo durante el cual la naturaleza hace que las energías sexuales directas del niño de 6 a 12 años se adormezcan. No hay nada hipotético acerca de este periodo y su existencia ha sido demostrada tanto en los pueblos civilizados como primitivos. En esta etapa el niño sano no está interesado en el sexo, la energía sexual se reorienta por una parte en utilizar su inteligencia para el aprendizaje, para desarrollar recursos propios, fortaleza física y para captar el ambiente en que se mueve; y por otra parte, para el desarrollo de los sentimientos de pudor e intimidad y el de compasión, que es indispensable para controlar los impulsos de crueldad en el ser humano. Este momento se conoce también como la etapa de la” ternura y de la actividad” y aporta contribuciones invalorables a los logros personales y culturales del menor. Con el desarrollo del concepto de intimidad y pudor, al niño ya no le gustará exhibir su cuerpo desnudo, buscará cubrirse y pedirá al adulto que se retire cuando se va a bañar o a vestir. Finalmente y lo que es más importante, la latencia también es la causante del fortalecimiento de las barreras mentales innatas que controlan los instintos sexuales y agresivos básicos. Por lo tanto despertar sexualmente a un niño en esta época exponiéndolo a material pornográfico leve o fuerte, especialmente revistas que expongan al cuerpo desnudo, es percibido en su psiquis como un choque y una afrenta fuertísima contra el pudor, lo que le generará rechazo e incomodidad, a la vez que desorientación al ver que un adulto que es para él una figura de autoridad y coherencia, se presente desnudo públicamente. Esto estancaría su sano desarrollo y además, por lo mencionado anteriormente, () haría de él una persona ineducable académica y comporta mentalmente. Igualmente, el desarrollo de los sentimientos de compasión y de ternura quedarían bloqueados y difícilmente se desarrollaría en momentos posteriores. Es en la niñez, la etapa, donde se da con mayor fuerza la capacidad de recibir y reproducir impresiones tanto positivas como negativas.
“Cada fase presenta unas características propias y a la vez particulares, pero cabe destacar que el niño tiene una habilidad innata de desarrollarse y de no permanecer arraigado a ninguna de las etapas sexuales del desarrollo; por lo tanto los adultos no deben impedir su evolución normal con estímulos inadecuados, que busquen violentar la preocupación sexual de los niños en cada una de ellas, ya que ésto ocasionaría un estancamiento o fijación del niño en alguna de las etapas, cesando el subsiguiente crecimiento sexual. En tal caso, las consecuencias serían nefastas para su sano desarrollo, originando dificultades sexuales en la edad adulta y comportamientos inadecuados en la niñez.” Rhoda L. Lorand, PH.D en Psicología
El Presidente de MIM (Morality in Media), Robert Peters, describe algunos de los daños que la pornografía causa a los niños y precisa que «muchos hombres que son adictos a ella la vieron por primera vez siendo niños. La exposición a la pornografía puede llevar a la adicción que le roba a los niños la oportunidad de desarrollarse de manera saludable psicológica, moral y espiritualmente». Según recientes estudios, añade, con Internet «los niños están expuestos a la pornografía cada vez a más temprana edad».
En la tercera fase del desarrollo sexual humano (de los trece años en adelante), conocida como la adolescencia, la latencia llega a su fin y nuevamente se despiertan los sentimientos sexuales con intensidad. En los hombres se manifiesta en los genitales, por lo que buscan el acto sexual y se sienten atraídos por los atributos sexuales de la mujer, excitándose fácilmente. Someter a los muchachos adolescentes cuando no han desarrollado sus propios mecanismos de autodominio a revistas y a material pornográfico explícito, ya sea leve o fuerte, los llevará a una búsqueda agresiva y desenfrenada de personas del sexo opuesto, buscando a la mujer sólo para satisfacer su propio egoísmo e imposibilitándose para amar y para verla a ella como una compañera con igual dignidad como persona y no sólo como un mero objeto de placer. Esta circunstancia aumenta considerablemente la violencia sexual y el menosprecio por la mujer.
El psicólogo Edward Donnerstein (University of Wisconsin) encontró que una breve exposición a formas violentas o leves de pornografía pueden llevar a actitudes y comportamientos antisociales. Los espectadores varones tienden a ser más agresivos hacia las mujeres, menos sensibles al dolor y al sufrimiento de las víctimas de violación, y mucho más dispuestos a aceptar varios mitos acerca de este acto violento.
Por otro lado, en las mujeres la sexualidad se manifiesta con menor intensidad por el acto sexual en sí mismo y predominan en ella los sentimientos, fantasías, sueños sexuales, besos y caricias, el deseo de amar y ser amada y deseos de formar una familia. Sus sentimientos eróticos no están inseparablemente ligados al acto sexual como lo están en el hombre. “Las experiencias heterosexuales prematuras ocasionan en ellas perturbaciones del desarrollo de la personalidad. Una práctica prematura del sexo la hace reaccionar con sentimientos de desilusión, frialdad y vacío, su psicología femenina no se desarrolla y aparece conflicto entre su persona, su feminidad interior y sus sentimientos maternales. ” Helene Deutsch, La Psicología de la Mujer.
Cuando las necesidades afectivas no se satisfacen durante el acto sexual y solamente se queda en el aspecto físico, aparecen frustraciones que llevan a depresiones graves, y en muchos casos, en los adolescentes los lleva a caer en el alcohol, las drogas y/o el suicidio.
En un estudio, los investigadores Dolf Zillman y Jennings Bryant investigaron los efectos de la pornografía no violenta en la crueldad sexual y en la trivialización de la violación. Demostraron que la exposición continua a la pornografía tenía efectos adversos sobre las creencias acerca de la sexualidad en general y sobre las actitudes hacia las mujeres en particular. También encontraron que la pornografía desensibiliza a las personas hacia la violación como una ofensa criminal. [11] Estos investigadores encontraron también que la exposición masiva a la pornografía alienta un deseo por materiales cada vez más aberrantes que involucran violencia (sadomasoquismo y violación). [12]
Propuestas y conclusiones del doc Ma Carolina
La sexualización (contacto o exposición a los medios) prematura de los niños los pone en riesgo de una variedad de peligros: perturbación en su concepción de imagen corporal hasta ser víctimas de abuso sex
Por que´?
- La sexualización devalúa a las mujeres y niñas, enviando un mensaje perturbador de que ellas siempre están disponibles sex, siendo un obj sex
- Crea falsas expectativas ya que las lleva a moldarse y ciump`lir con ideales irreales y a los niños sobre una falsa realidad de cómo deben ser ellas tratadas.
- Incrementa la cosificación de la mujer
- La sexualización disminuye las barreras para el abuso sexual.
- Deteriora las relaciones saludables, incrementando la violencia hacia las mujeres y las niñas.
- Hay tanto investigación empírica como clínica de que la sex prematura perjudica a los niños
- Los derechos fundamentales de los niños deben respetarse ( la vida, sano desarrollo…..)
- Los expertos en niños, de la evidencia clínica señala el impacto negativo de esta sexualización, tanto en salud mental y física de los niños (CONTRA derechos)
- Necesidad de reducir el riesgo a los contenidos potencialmente dañinos en los medios (EU, Australia, Inglaterra)
SUGERENCIAS y RECOMENDACIONES
- Unir gobierno con asociaciones de padres para ver cómo van a afrontar el problema
- Consejos comunales
- Campaña nacional para abordar los abusos en las relaciones de los jóvenes
- Alertas, reconocimiento de los medios del problema
- Crear premio o reconocimiento a los que se comprometan con el tema, y que se promueva al joven sano, al joven con valores
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