Mujeres femeninas vs. mujeres feministas
Como respuesta a la violencia exhibida por el grupo feminista radical Femen (Ucrania), surgió en Francia el grupo Antígonas (“Antigones”, en francés), que busca, como lo sugiere la máxima en la tragedia homónima de Sófocles, “compartir amor, no odio” y sin buscar ser “ni exhibicionistas ni histéricas”.
El grupo Femen, de origen ucraniano, es conocido por la violencia radical en sus manifestaciones. En una ocasión (18 de abril de 2013), irrumpieron con el pecho descubierto en una conferencia del Arzobispo de Malinas-Bruselas y Primado de Bélgica, Mons. André-Joseph Leonard, y con recipientes con forma de la Virgen María, similares a los utilizados para recoger agua en el santuario de Nuestra Señora de Lourdes, lo mojaron, mientras hacían gritos y gestos violentos.
Las Antígonas buscan responder en las calles a Femen, que ha participado en el debate político francés promoviendo el mal llamado “matrimonio” homosexual.
Recientemente intentaron acercarse a la sede de Femen en París, para leer su manifiesto, pero se vieron impedidas de hacerlo por la intervención de la policía.
Ante este pequeño impedimento, las Antígonas decidieron remitir su declaración a través de un video subido al sitio web de Youtube, que rápidamente se ha vuelto viral.
En su manifiesto, el colectivo de mujeres francesas increpa a Femen que “ustedes afirman que la condición de la mujer se defiende mostrando los senos, nosotras les respondemos que se adquiere con la dignidad”.
“Ustedes afirmán que la religión es una alienación, nosotras les respondemos que para muchas de nosotras es el camino de la libertad y de la autorrealización. Ustedes afirman que el machismo domina las sociedad y combatís a los hombres, nosotras les respondemos que sólo con los hombres seremos completamente mujeres”.
Las Antígonas respondieron también a la reivindicación de la “igualdad” entre los sexos hecha por Femen, remarcando que es “la complementariedad entre hombres y mujeres lo que enriquece la sociedad”.
“A ustedes les pagan por reivindicar sus ideas, nosostros les respondemos que con la causa de la mujer no se comercia. Ustedes se afirman en la indignación y la violencia, nuestra fuerza son la calma y la determinación”, señalaron.
Pero el golpe más importante que asestaron las Antígonas a Femen fue infiltrar durante dos meses a una joven en el grupo radical.
Iseul Turan, estudiante de Derecho de 21 años, participó incluso en los entrenamientos realizados por Femen cada sábado, en los que las mujeres realizan ejercicios físicos y tácticas de comportamiento frente a la Policía.
No fue particularmente difícil infiltrarse, pues no le hicieron mayores preguntas al incorporarse a la organización.
Iseul reveló además que las feministas radicales ensayan las poses para conseguir fotos impactantes para la prensa, así como las actuaciones públicas en las que corren por la calle gritando sus consignas habituales como “No más Papa” o “En los gay confiamos”, parodiando el “En Dios confiamos” de los billetes de un dólar en Estados Unidos.
La joven estudiante de Derecho, que se define como “una católica normal”, explicó que en Femen de Francia existen tres círculos concéntricos de organización. En el exterior están las simpatizantes, que básicamente hace propaganda en redes sociales.
Un círculo interior es el de las militantes, que no superan la veintena. Y el núcleo de la organización feminista radical la conforman dos fundadoras, Inna y Oksana junto a tres mujeres francesas. Este grupo es el que mantiene el contacto directo con la sede en Ucrania.
Las integrantes de Femen, destacó además Iseul, “están en la acción”, nada relacionado “con el feminismo intelectualoide al que estamos tan acostumbrados en Francia”.
Al interior de la organización, la joven católica encontró todo tipo de mujeres, entre ellas profesoras y antiguas prostitutas, con un coincidente “deseo de comprometerse con algo un poco nuevo, un poco punk, que implique un cierto riesgo, chicas que buscan un poco de protagonismo, o que simplemente se aburren”.
Su mensaje aquí:
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Y este es su manifiesto:
Nosotras las Antígonas queremos jugar el papel principal en nuestro futuro como mujeres.
Tenemos la intención de proponer una lógica distinta a la que escuchamos en los aparatos de televisión. Las mujeres no son una minoría oprimida, son la mitad de la humanidad!
No estamos luchando para reclamar nuevos derechos, estamos luchando por mucho más que eso: queremos dar otro sentido a la participación de las mujeres en la ciudad, con la dignidad y la responsabilidad.
Queremos pensar en lo que las mujeres pueden aportar a la sociedad y no sólo lo que pueden conseguir para sí mismos. Queremos abrir las puertas que muchos quieren dejar cerradas. Tenemos muchos asuntos que debatir, para los que no tenemos respuestas preparadas.
Queremos responder con todas las mujeres que comparten nuestros principios y se unen a la aventura de las Antígonas. Que cada uno se expresa, porque es todos juntos como desarrollaremos respuestas innovadoras y soluciones constructivas para salir de este callejón sin salida en el que estamos ahora, para construir libremente nuestro futuro.
Las Antígonas son un encuentro de mujeres que han decidido no someterse.
Este encuentro es sin subordinación partidaria o confesional. No pretendemos representar a todas las mujeres: nosotros somos las que quieren entrar en el Ágora para intervenir en el debate público y actuar socialmente.
No nos reconocemos a nosotros mismos en la visión que impone la ideología ultra-minoritaria, pero dominante en los medios de comunicación y las esferas políticas: la teoría de género y” sextrémista”.
Si los primeros actos de las Antígonas fue una insurrección contra el FEMEN, oponerse a ellos no es nuestro propósito.
Queremos tomar una parte activa en los debates en torno a cuestiones que afectan a la condición femenina: las relaciones hombres-mujeres, la familia, las condiciones de trabajo y las cuotas y las paridades, la mercantilización del cuerpo y de la vida…
Sus principios
Nosotras, las Antígonas, defendemos la feminidad de las mujeres: es nuestra naturaleza constante y profunda. Afirmarlo es el primer paso para enriquecer la sociedad con lo mejor de nosotros mismos.
En un mundo donde reina el individualismo, muchos no pueden realizarse plenamente. Sin embargo, cada una de nosotras lleva consigo la promesa de convertirse en una mujer realizada y comprometida. Las Antígonas ofrecen una manera de lograrlo. Las mujeres tienen una sensibilidad diferente, una voluntad distinta, y una manera de actuar diferentes de los hombres. Estas diferencias son un activo para cultivar y esta otredad es fructífera en todos los aspectos.
Este es el motivo por el que definimos nuestro enfoque en la complementariedad de los sexos. Definitivamente no, la mujer no es un hombre como cualquier otro.
Nosotras las Antígonas, damos más importancia a la legitimidad que a la legalidad. Si las leyes escritas por los hombres invalidan las leyes de la naturaleza – es decir, las normas no escritas que son la base de la experiencia humana – tenemos el deber de rebelarnos. No vamos a dejar enterrar la decencia común, el sentido común y la dignidad que debe regir las leyes y los cambios en nuestra sociedad.
Nosotras las Antígonas, defendemos la libertad. En este mundo fragmentado, donde la gente no tiene apenas otra cosa que relaciones mercantiles, queremos llevar una palabra liberadora. Nuestro enfoque es fundamentalmente liberador.
Nuestra naturaleza femenina, constructiva y dirigida hacia la vida, nos hace querer tejer lazos sociales, esenciales para la libertad y la solidaridad.
Como escribió Albert Camus “Sólo el amor nos hace a nosotros mismos.”
Las Antígonas