Mitos y Realidades de la Prevención del embarazo adolescente en Colombia

El pasado 11 de julio de 2013, se realizó en la Universidad de los Andes un conversatorio para conmemorar el día mundial de la Población que se celebra cada año en 150 países.

Este evento, convocado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas- UNFPA (agencia de la ONU, que tiene como una de sus estrategias  empoderar a  las organizaciones y grupos de la sociedad civil, y a los  individuos, en el ejercicio de  sus derechos humanos), Profamilia (organismo dedicado  a la promoción de anticonceptivos y planificación familiar en Colombia) y

la Universidad de los Andes, representada por la directora del Centro de Estudios Internacionales CEI, la doctora Angela Iranzo.

Participaron también el Ministerio de la Protección Social, el Ministerio de Educación, el Dane y

la Alta Consejería para la Equidad de la Mujer, representada por la Doctora Nigeria Rentería.

 

Todas las intervenciones se refirieron a la gran problemática del embarazo en niñas y adolescentes, y se hizo un llamado muy fuerte a todos los entes gubernamentales y no gubernamentales a dar soluciones al tema.

 

El Doctor Babatunde  Osotimehim, director ejecutivo del Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA quien a finales del año pasado estuvo visitando nuestro país, envió un mensaje con motivo del día Mundial de la Población, en el cual mencionaba que alrededor de 16.000.000 de niñas entre 15 y 19 años de edad, dan a luz cada año, y que las complicaciones en el embarazo o parto son la principal causa de muerte entre las niñas en estas edades, especialmente en países en desarrollo. Mencionó que poner fin al ciclo de embarazos en adolescentes requiere de un compromiso por parte de las naciones, comunidades y personas, tanto en países en desarrollo como en países desarrollados, para invertir en niñas adolescentes.

También hizo referencia al tipo de educación que se debe ofrecer a los adolescentes: educación integral sobre sexualidad apropiada para su edad a fin de desarrollar el conocimiento y aptitudes que necesitan para “proteger” su salud a lo largo de sus vidas.

Sin embargo según él, la educación e información no son suficientes. Los servicios de salud reproductiva de buena calidad deben también estar fácilmente disponibles para que los adolescentes tomen decisiones “informadas y que sean saludables”.

 

Según datos suministrados por UNFPA, Profamilia y el Dane, basados en la última encuesta Nacional de demografía, entre los años 1.990 y 2010 la proporción de adolescentes madres o embarazadas aumentó de 18.8% al 19.5% teniendo una leve tendencia a la baja en los últimos 5 años. La mayor tasa de embarazos se da en zonas rurales y en niñas con menor nivel socioeconómico, aunque la tendencia de embarazos adolescentes de los últimos años se está dando tanto en zonas rurales como urbanas y en diferentes niveles socioeconómicos.

 

Es muy loable la preocupación por nuestras adolescentes, dadas las graves consecuencias que acarrea un embarazo a tan corta edad, tanto en el aspecto fisiológico y sicológico como en el espiritual de una niña. Pero no deja de asombrarnos que las “grandes” soluciones se sigan dando desde el ámbito de la implementación de la “Educación Sexual”, desde una óptica del disfrute sexual y el  acceso a métodos anticonceptivos, y al aborto, en caso de que éstos fallen.

Los  mecanismos,  para la prevención del embarazo  están desarrollados en el Conpes 147, documento al que se puede acceder fácilmente en internet, en el que se mencionan los lineamientos generales para el diseño, formulación, y desarrollo de una estrategia integral para reducir el embarazo en la adolescencia.

La estrategia se enmarca en los principios señalados en la Constitución Política en las diferentes normas relacionadas con la niñez, la infancia y la adolescencia especialmente la Ley 1098 de 2.006, en el desarrollo de los “Derechos” Sexuales y Reproductivos DSR, y en la protección y garantía de los derechos de todos los niños, adolescentes y jóvenes desde los 6 a los 19 años, incluyendo a  aquellas que se encuentran en embarazo o que ya son madres y padres.

 

Estas estrategias, no dejan más que preocupación en nosotros, sobretodo, cuando en todos estos escenarios de discusión, la argumentación se basa siempre en los derechos que tienen los niños, niñas y adolescentes, y nunca se trata el tema de la necesaria educación en la responsabilidad, en las consecuencias de los actos, en los deberes como base del derecho; dejando a nuestros, niños, niñas, adolescentes y jóvenes a merced de una falsa idea de responsabilidad, libertad  y madurez frente a la vivencia de su sexualidad.

 

Es preocupante ver también cómo aumentan junto con los embarazos adolescentes, las enfermedades de transmisión sexual y las enfermedades psicológicas entre los niños, niñas y adolescentes,  pero sobre todo, la miopera del estado frente a una realidad cada vez más compleja.  Enraízados en unas políticas contraceptivas, libertinas y sin valores, los gobiernos se empeñan en tapar la realidad del fracaso de la educación sexual, y no le hacen frente al verdadero problema.

 

¿QUÉ ESTÁ HACIENDO EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN?

 

Frente a la educación sexual, el Ministerio de Educación, apoyado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas ha seguido una estrategia de formación en habilidades y competencias ciudadanas que consisten en enseñarle a los niños, niñas y adolescentes a valorar las diferentes formas de expresar la sexualidad, es decir las ya conocidas “orientaciones sexuales”, así como la formación en el ejercicio de sus “derechos” sexuales y reproductivos que incluyen la decisión de construir su identidad, aún por encima de lo que piensen sus padres.

 

A través del Programa Nacional de Educación de la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía, así como de la Maleta Pedagógica, el MEN está implementando sus políticas tanto en colegios públicos como privados, en todo el territorio nacional.

 

Según un reporte suministrado el 11 de julio de este año, se reitera que los programas sobre sexualidad no han fallado, y por esta razón es necesario redoblar los esfuerzos de los Ministerios de Protección Social, Educación, Secretarías de Educación y Salud. Nuevamente se contará con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas- UNFPA, quien hará la instalación de Servicios Amigables para nuestros jóvenes.

 

¿En qué consisten y qué tipo de ayuda reciben nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes, en los Servicios Amigables del UNFPA?

Básicamente en la educación en derechos sexuales y reproductivos, y en la distribución de anticonceptivos.

Nuevamente lo sorprendente es la falta de información sobre los riesgos, posibles fallas o daños colatorales que traen su uso, así como el peligro de adquirir enfermedades de transmisión sexual.

¿Qué tipo de responsabilidad puede tener una niña o un niño de  10, 11, 12, 13 o 14 años de edad, sobre su iniciación en la vida sexual, y las posibles consecuencias?

Creer que distribuir miles y miles de preservativos mensualmente y enseñar sobre su uso, es la  medida necesaria para prevenir los embarazos de niñas y adolescentes, es un engaño de consecuencias incalculables para una juventud que carece del buen criterio por el simple hecho de desconocer la verdad. Este engaño disfrazado de placer, libertad y derechos, no sólo no disminuirá los embarazos, como las cifras lo demuestran, sino que acaerrá nuevos problemas como el aborto, y con él la depresión y el suicidio.

Preocuparse realmente por la juventud, implica hablarles con la verdad, para que con sus sentidos bien puestos, puedan tomar decisiones en libertad.

 

Ser realistas frente a las 9.000 niñas embarazadas en el país hoy, implica mirar la realidad desde una perspectiva diferente, donde no puede faltar la formación en el CARÁCTER y la AUTONOMIA, pero no para escoger el mejor anticonceptivo, sino para decidir NO tener relaciones sexuales, “YO DECIDO y soy CAPAZ de vivir la CASTIDAD”, es lo único que protege realmente a los jóvenes 100% de cualquier embarazo y de cualquier enfermedad.

 

Países africanos como Uganda, le apostaron a las políticas de abstinencia para poder enfrentar el grave problema de la transmisión del VIH, y han logrado como ninguna otra política, la disminución no sólo de embarazos y enfermedades, sino el aumento en la fidelidad y estabilidad matrimonial.

 

Es importante el EMPODERAMIENTO de los jóvenes, sí pero para aprender a AMAR verdaderamente, para apuntarle a grandes retos, para manejar la libertad con responsabilidad.

 

Sin embargo y en contraste con lo planteado anteriormente, el Dr. Fernando Ruíz, viceministro de la Protección Social, informó que se invertirán 20.000.000.000, veinte mil millones de pesos, para continuar con la educación en derechos sexuales y reproductivos para nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes.

 

Por su parte, Profamilia Jóven, también presentó su programa de acceso a métodos anticonceptivos, como un servicio protector para embarazos en niñas adolescentes.

 

Ante la ceguera irresponsable del estado, es importante e indispensable hoy más que nunca, ir en contracorriente. Nuestro deber como padres y adultos responsables, no sólo consiste en la protección de los menores, sino en formarlos para grandes ideales y mostrarles las herramientas que les ayuden a vivir de manera plena, desechando tantos falsos modelos, y contrarrestando los ataques a la persona humana.

 

Llegó el momento de dar UN PASO AL FRENTE por nuestros hijos, nuestros nietos, nuestros sobrinos, amigos y alumnos, llegó el momento de DESPERTAR, CONOCER Y ACTUAR frente a tanta ideología que sólo busca corromper a nuestros menores.

 

Para conocer el estudio de Profamilia haga clic aquí:

http://www.profamilia.org.co/docs/ESTUDIOS%20A%20PROFUNDIDAD%20AF.pdf